Que levante la mano quien no tenga alguna adicción en su vida por pequeña que sea. Quizás uno no es consciente a la primera. Pero seguro que si profundizamos un poco podremos darnos cuenta de que hay más apego de la cuenta a algo. Pueden ser sustancias, experiencias, el móvil, comida, relaciones, etc. Hoy me gustaría explorar el asunto de las adicciones.
El enfoque tradicional
El punto de vista tradicional sobre las adicciones se centraba exclusivamente en lo biomédico. Desde esa visión sólo eran tenida en cuenta la sustancia estupefaciente como agente causante. Este enfoque no podía explicar el porqué de otro tipo de dependencias donde no hay una sustancia responsable.
Esta visión reduccionista, de algún modo sigue imperando en el tratamiento con personas adictas. Se ha ampliado la perspectiva de lo biomédico, integrando lo conductual, pero mi sensación es que en los centros de desintoxicación no se ahonda lo suficiente en factores de tipo social y emocional.
Después de trabajar varios años con personas sin hogar, me di cuenta que las personas ex adictas a la heroína no habían dejado completamente las adicciones. La metadona (un opioide sustituto) les liberaba de la adicción a la heroína. Sin embargo, muchos de ellos se “enganchaban” a otras sustancias, mayormente alcohol y psicofármacos. ¿Por qué?
Apego y adicciones
La realidad es que los seres humanos somos mucho más que simplemente biología. Somos animales sociales y emocionales que necesitamos del contacto. Por eso mismo, las adicciones no pueden explicarse sólo desde una visión farmacológica.
Hay revisiones científicas como ésta en donde se explora la relación entre estilos de apego en la infancia y personas con adicciones a drogas. Parece ser que existe una cierta correlación entre apegos no seguros en la infancia y adicciones. Cuando ha habido fallas en el apego seguro en el pasado y no se trabajan en el presente, se genera un dolor que busca ser aliviado.
Soledad, dolor y adicciones
A finales de los años 70, Bruce K. Alexander llevó a cabo un estudio en donde varios grupos de ratas se sometían a condiciones distintas. Un grupo de ratas vivía en aislamiento, cada una en su jaula sin posibilidad de interacción con sus semejantes. El otro grupo vivía en un amplio parque diseñado para ellas donde pudieran vivir cómodamente y en contacto. A ambos grupos se les dispensó morfina para que la consumieran cuando eligieran. Alexander y sus colaboradores vieron que el consumo de morfina era considerablemente mayor en el grupo de ratas aisladas. Las ratas que disponían de amplio espacio y relaciones sociales apenas consumieron la droga.
Esto nos lleva a pensar (sin desdeñar las capacidades adictivas de la sustancia en sí), que ante una situación de aislamiento, es más probable que nos volvamos adictos a algo. Tenemos una amplia oferta de objetos adictivos a los que fácilmente nos podemos apegar si hemos tocado con el dolor de la soledad y la exclusión. Lo adictivo tiene un efecto analgésico.
Hay adicciones socialmente más integradas y otras más criminalizadas, pero el mecanismo interno por el que se producen es muy similar. Respecto a las criminalizadas, los gobiernos han destinado infinidad de dinero en la lucha contra el consumo, siempre desde una perspectiva culpabilizadora. No han reparado en que muy posiblemente nuestra sociedad individualista, competitiva y generadora de exclusión tenga algo que decir.
Trabajar las adicciones en psicoterapia
En nuestro desarrollo infantil, de un modo u otro, hemos crecido con un déficit de amor. Este déficit no resuelto en el pasado nos lastra en el presente, y se manifiesta (conscientemente o no) en forma de dolor. Desde el enfoque de la terapia gestalt, vemos las adicciones como un ajuste creativo de afrontamiento ante lo doloroso. Buscamos compulsivamente y en un lugar equivocado la reparación de la falta de amor.
En gestalt no se trabaja la adicción desde un enfoque biomédico , -aunque en función de la gravedad del caso es bueno que haya un tratamiento complementario. Menos aún desde la moralidad o los “deberías”. Lo importante es ver qué función está teniendo en mi en este momento, qué vacíos está tapando. De qué me sirve engancharme a “esto” y para qué. Es ineludible trabajar y sanar el dolor que se oculta debajo de la conducta dependiente.
Cuando trabajo con adicciones, la primera pregunta que hago no es “¿por qué la adicción?”, si no “¿por qué el dolor?” Dr Gabor Maté
En terapia no hay mejor manera de acompañar al paciente en sus adicciones que observando y siendo conscientes de las nuestras. A través de las adicciones propias estaremos más presentes y conectados con las ajenas. De ese modo podremos estar con mayor empatía y disposición, para que el vínculo también pueda reparar el déficit primario que originó la dependencia.
Adjunto un excelente y emotivo vídeo sobre las adicciones y el dolor del doctor Gabor Maté.
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