“Dos cuerpos”
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.
-Octavio Paz-
Miedo al compromiso
Continúo escribiendo al hilo de mi artículo anterior sobre sexualidad en terapia Gestalt. El amor se entiende muchas veces como algo que nos esclaviza, unas cadenas. Pero el sexo sin amor hacia la otra persona (respeto, conexión, comunicación,….) es vacío; y tan solitario como puede serlo la masturbación.
El compromiso frecuentemente nos da miedo. Cuando realmente sin compromiso no podríamos vivir. Nos comprometemos a diario con la vida (levantándonos para ir a trabajar, preparándonos la comida, atendiendo nuestra higiene personal, cuando quedamos con un amigo, cuando nos dirigimos con educación al tendero de nuestro mercado, …) Así el compromiso no nos ata sino que se convierte en una elección de profunda libertad.
Si no nos comprometemos con nosotros mismos, no nos cuidamos
La intimidad
La intimidad es una necesidad básica del individuo. La intimidad es un espacio propio íntimo y privado que nosotros decidimos con quien compartimos y con quién no. Son ejemplos de intimidad el uso que hago de mi cuerpo (y como lo comparto) o el uso que hago de mis pensamientos (puedo tener ideas y decisiones propias y legítimas).
Aunque la intimidad comienza a desarrollarse desde que somos pequeños (el niño que escribe un diario o quiere ir al baño solo) hay etapas evolutivas donde tiene más fuerza. La construcción de la intimidad se afirma sobre todo en la adolescencia, cuando nos iniciamos en las relaciones con los iguales. El joven necesita “separarse” de su familia (individuarse) e identificarse con la pandilla de amigos. Así inicia un camino en busca de su identidad como persona. Hay varias etapas consecutivas en el desarrollo de la intimidad: adquisición de la intimidad del niño > disfrute de una intimidad individual > construcción de una nueva intimidad compartida (pareja), …
El cómo viva y haga uso de la “intimidad compartida” con mi pareja dependerá mucho de cómo haya podido desarrollar mi intimidad individual en mi adolescencia. Si ha habido problemas en esta etapa es muy probable que emerjan esos problemas en mis relaciones de pareja.
Busco una pareja … ¿o una madre?
Una de las características que suele definir la relación de pareja es que es equitativa o simétrica. Esto significa que ambos miembros de la pareja se relacionan de igual a igual. Uno puede mostrarse “fuerte” y otro “frágil”, pero las diferencias y las posiciones se irían alternando en diferentes situaciones.
A veces en pareja aparecen relaciones de “complementariedad rígida” o asimétrica. Aquí cada miembro de la pareja desempeña un rol fijo distinto. Por ejemplo “rol Padre” (siempre nutrición) sobre “rol Hijo”(que siempre recibe). Rol Hijo normalmente cae en la necesidad de protección y/o reconocimiento constantes. En una relación simétrica esta característica se va alternando (unas veces das tu y otras yo)
Podemos sentir que queremos estar en pareja. Pero… ¿qué anhelamos realmente?
Esta respuesta podemos buscarla en la terapia gestalt.
En ocasiones no nos damos cuenta que “tapamos” (como agujeros) necesidades no satisfechas de nuestra infancia o reproducimos patrones que corresponden a relaciones no genuinas de pareja. Quizá no estamos realmente preparados para compartir, vivir una relación auténtica de pareja y tenemos bloqueos (que podemos tratar en terapia gestalt)
“El sexo sin seducción es como un guiso sin sal. Carece de sabor”.
Lola Beccaria
Adicción al sexo
Adicción al sexoLa adolescencia es un periodo en el desarrollo en el que es necesaria la autoafirmación (hacer fuerte mi Yo defendiéndolo por encima del entorno) En el desarrollo normal pasamos de este periodo en el que hay una necesidad de autoafirmación por encima de todo (tengo toda mi atención fijada en mí) al acceso a la relación con el otro. Paso de verme solamente a mí mismo (autoafirmación adolescente) a ser capaz de ver al otro como alguien diferente a mí, con sus necesidades, que suelen ser distintas a las mías.
Este tránsito forma parte del proceso normal de maduración. Si no es así, por alguna razón, probablemente me he quedado bloqueado en mi etapa adolescente.
¿Dónde me coloca funcionar así?: sufrimiento, no veo a los demás, siento la necesidad de estar permanentemente defendiéndome, gastando mucha energía autoafirmándome frente al mundo (como si sintiera que si no lo hago mi personalidad peligra), diciéndome mensajes del tipo: “Yo soy este y soy así”, quedándome en mí y sin acceder a la relación. En ocasiones el sexo compulsivo (en forma de adicción) puede ser una forma de autoafirmarme.
La terapia Gestalt puede ayudarme a comprender, integrar, madurar y crecer.
Poder vs autoridad
La pareja es un “espacio de relación” donde aparecen nuestras emociones más intensas. Por ejemplo enfado o agresividad (a veces directa, y a veces velada hacia el otro): ¿estoy enfadado con mi pareja o estoy enfadado con mi madre? Si no soy consciente de esto, “me ciego” y dejo de ver a mi pareja. Vuelvo a sentirme como cuando era un niño y mis padres me regañaban.
Quizá no me explicaron mis padres porqué algo que hice estaba mal. Me decían cosas como “porque yo lo digo y punto”, “porque eres malo”, “porque las cosas son así”,… Mensajes de este tipo hacen que yo sienta rabia pero que no entienda porqué mis padres actuaron así. Y que no lo integre en mi vida, quedando como un asunto pendiente.
Mi enfado con mis primeras figuras de autoridad (como mis padres) me llevan a un juego de poder con las personas que identifico con ellas. Por ejemplo, me relaciono con las mujeres desde un juego de poder – dominación (necesito sentirme por encima, que llevo el control) porque estoy enfadado con mi madre. A veces incluso puedo usar el sexo como una forma de dominación de la otra persona.
Como reflexión final os dejo una preciosa canción (subtitulada en castellano) que es un poema sobre el amor y el sexo
Texas: I don´t want a lover
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