Hoy quería hablar de la emoción de los celos. Esta es una emoción que sólo por el hecho de sentirla ya uno siente malestar. No sólo porque la propia emoción sea ya en sí muy desagradable (que lo es), sino porque además a uno le puede hacer conectar con malestar y culpa.
Entendiendo la emoción de los celos
Como ya hemos hablado otras veces en este blog, las emociones por sí mismas no son ni malas ni buenas. Por tanto, los celos tampoco son negativos en sí mismos, sino que pueden darnos una información valiosa sobre nosotros mismos o sobre la situación que estamos viviendo.
Los celos son una respuesta habitual ante el miedo (fantaseado o real) que se genera ante la posibilidad de que se pierda o deteriore una relación interpersonal de alguien a quien queremos. Es una emoción tan humana como universal.
Los celos hablan de nuestra vulnerabilidad
Es tan humano sentir celos como sentir miedo, vergüenza o vulnerabilidad. Siempre he pensado que el problema de la celotipia no tiene tanto que ver con sentirlos, sino con la dificultad para reconocérnoslos y ya no digo para expresarlos.
Sentir celos y ser consciente de ellos es una buena puerta para aprovechar esta información para ahondar en el auto conocimiento. ¿Qué dicen lo que siento de mi carácter? ¿Qué dicen de mi historia de vida? ¿Qué dicen de mi herida biográfica?
Expresar lo que siento es exponer mi corazón
Lo que no expresamos sanamente, lo podemos acabar actuando de la peor manera. Por tanto, lo peor que podemos hacer con esta emoción es no expresarla y convertirla en obsesión por el control hacia la otra persona. Unos celos no reconocidos y no expresados se pueden convertir en una bomba de relojería que puede rozar situaciones de maltrato.
Expresar a la otra persona mis celos, haciéndome cargo de que soy yo quien siente eso, implica abrir mi vulnerabilidad, mostrar mis dificultades e inseguridades. Y eso muchas veces no es tarea fácil, especialmente a los hombres, que nos cuesta una barbaridad.
No, no siempre los celos vienen de la nada
Pero, ¿son siempre los celos injustificados? Pues no. Hay veces que los celos le están dando a uno una información ajustada y valiosa respecto a lo que está pasando en la realidad. Por eso también es importante cuando uno se siente celoso, poder discernir en la medida de los posible si es mi fantasía o hay indicios reales.
A veces la otra persona da motivos reales. Y es posible que para negar la mayor, invalida y acusa al otro/a para no hacerse cargo de lo que está haciendo. Acusar a la otra persona de celosa cuando le estoy dando motivos puede ser una “maravillosa” estrategia de manipulación llamada “gaslighting”.
¿Sientes que la emoción de los celos te hace sufrir? Quizás en Concienciarte podamos acompañarte.
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