El ser humano, como el resto de las especies, no puede existir por sí mismo, somos seres sociales que necesitamos del contacto con los otros y con el ambiente. Con los demás compartimos y nos nutrimos, es con el otro que mi existencia tiene sentido. Sin embargo, también hay momentos en los que necesitamos descansar, apartarnos y buscar un espacio de tranquilidad e intimidad.
Contacto y retirada en Gestalt
Según la terapia Gestalt, la salud tiene que ver con ser capaz de disponer de un equilibrio interno adecuado entre el contacto y la retirada, sin quedarnos aferrados a ninguno de los polos. La homeostasis es el equilibrio que sucede internamente cuando nos balanceamos adecuadamente entre ambos lugares. La neurosis por contra es la dificultad para contactar o retirarnos adecuadamente.
¿Contactamos y nos retiramos adecuadamente?
Por norma general los humanos no somos capaces de movernos en un ritmo sano entre contacto y retirada. Nos resulta difícil ir hacia lo que necesitamos y/o de retirarnos cuando ya hemos satisfecho esa necesidad.
Así, hay personas que tienen especial dificultad para retirarse y otras para contactar. Si siento desconfianza hacia el mundo o pretendo funcionar de manera autosuficiente, entonces lo tendré difícil para contactar con el otro, pedir lo que necesito, expresar lo que siento o ir hacia lo que deseo.
Si por el contrario mi dificultad está en retirarme, quizás me cueste estar en soledad, me quede enganchado a una relación en donde no quiero estar, esté pegado a las necesidades del otro o me adhiera a la exigencia hacia los demás.
¿Cuándo contactamos y nos retiramos?
Contactar es hacerme cargo de lo que necesito, ir hacia el ambiente e intentar obtenerlo, sea comida, relaciones humanas o cualquier otra cosa que esté en mi lista de necesidades que el ambiente puede proporcionarme.
Retirarse es regresar al lugar previo una vez he satisfecho mi necesidad, digerir y disfrutar de las mieles del contacto. Saber soltar, aceptar los contratiempos sin aferrarnos a lo que “debería ser”, poner(nos) límites o alejarnos de relaciones que ya no nos nutren también forma parte de un retirarse saludable.
El sano ritmo
El ritmo natural de la vida es un ir y volver entre ambos polos. Por desgracia todos hemos sufrido de algún modo perturbaciones en ese ritmo y podemos perdernos en saber cuando toca contactar y cuando retirarse.
En terapia ahondamos en la escucha interna, lo cual es una buena guía para orientarnos hacia lo que necesitamos y lo que no. Vamos sabiendo con qué necesitamos contactar y de qué necesitamos retirarnos. Profundizando poco a poco en esa escucha podemos ir siendo más capaces de movernos con mayor soltura en esa “danza” de la vida que es ir y venir, o lo que es lo mismo, contactar y retirarse.
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