La “crianza natural”, “crianza con apego” o “crianza respetuosa” son expresiones que hacen referencia a estilos de criar. Pero, ¿a qué prácticas concretas se refieren cada una de estas expresiones? ¿Qué sería la “crinza no natural”? ¿Es posible criar sin apego?
Cuando se delimitan tanto los diferentes estilos a veces puede provocar un sentimiento de incompetencia cuando “no cumplimos” con lo adecuado. ¿Qué es entonces lo correcto?
Crianza natural o crianza con apego
Estas dos expresiones se utilizan indistintamente. Hacen referencia a un estilo de crianza en la que la madre/padre/cuidador se relaciona con el bebé respetando sus necesidades físicas y emocionales.
Está disponible en todo momento a cubrir dichas necesidades, respetando el ritmo de su desarrollo sin forzar el paso de una etapa a otra. Dentro de este estilo forman parte algunas prácticas como la lactancia prolongada a demanda, el porteo, el colecho y el no uso del chupete.
Pero aludiendo concretamente a la manera de nombrar este tipo de crianza, ¿se puede críar sin apego? ¿Se puede criar de una manera “no natural”?
El estilo correcto de criar
La crianza protocolizada tuvo un sentido en una etapa de la historia en la que el índice de mortalidad infantil era muy alto. Esta expresión hace referencia a estandarizar la cantidad y frecuencia de las comidas, horas de sueño, control de las deposiciones, etc.
Desde esta perspectiva se automatizaron los cuidados y no se solían tener en cuenta las necesidades emocionales de las criaturas. Se ignora la importancia del vínculo afectivo con los cuidadores.
A través de la crianza natural se pretende atender y cubrir las necesidades emocionales de los pequeños.
Crianza respetuosa
¿Qué pasa cuando no descansas haciendo colecho?
¿Y cuando no disfrutas dando de mamar? Pues estaría bien contemplar un reajuste. De nada sirve respetar las necesidades del bebé si los cuidadores no se respetan.
Esto no implica no atender o abandonar a la criatura. Supone mas bien acompañarlo desde otro lugar. Igual ese es el momneto de repensar en cómo conciliar las necesidades del bebé y de la mamá/papá. Esto es un ejercicio constante en la crianza.
Todos tenemos necesidades y limitaciones. Si en general se está disponible y atendemos a las necesidades de la criatura estará acompañado y sostenido. La crianza, como cualquier relación larga, es una carrera de fondo.
¿Cómo te sientes y para qué lo haces?
Cada mujer es diferente. Cada una vive la maternidad a su manera y todas las vivencias son válidas. La información externa de cómo criar es orientativa, tal y como señalaba mi compañera Claudia Pinzón en su artículo Criar con conciencia: el apego seguro y la vinculación afectiva
Más allá del “método correcto de crianza” estaría bien que cada una se escuchara y se cuidara. Pudiendo decidir desde su libertad individual con conciencia.
Hay muchas maneras de estar disponible, y ni la lactancia a demanda, ni el colecho, ni el porteo garantizan nada, y menos si estas prácticas se escogen desde lo que “se debe hacer” sin tenerte en cuenta.
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