Casi todas las personas tendemos a identificarnos mucho más con nuestros pensamientos, en alguna medida o en ocasiones también con nuestros sentimientos y afectos pero pocas veces o rara vez con el cuerpo, sin embargo el cuerpo es un elemento esencial en la identidad de cada persona e importante también para entender su personalidad. En este artículo profundiza en la relación entre cuerpo y Gestalt, corriente humanista que enfatiza la importancia de este para la terapia y el crecimiento personal.
Cuerpo e identidad
El cuerpo es una parte importante de la identidad. Cuando se trata de identificar a alguien, después del nombre y la filiación se recurre a las características físicas o descripción del cuerpo.
A su vez, una persona lo que quiere es ocultarse o pasar desapercibido, después de cambiar su nombre también intentará cambiar su aspecto físico.
Cuerpo y personalidad
Las características de cada cuerpo, sus recursos, limitaciones, potencialidades y la forma como cada uno se relaciona con estos aspectos, juegan ciertamente un papel importante en la configuración y desarrollo del carácter o la personalidad.
Con esto no quiere decir que haya un determinismo biológico, es decir por ejemplo, que los más altos tiendan a ser de una manera y los más bajos de otra.
Con los recursos que la ciencia posee actualmente no parece que se puedan extraer reglas o leyes aplicables a todo el mundo sobre la incidencia de las características físicas en la personalidad.
Lo que sí parece tener todo el sentido es que a lo largo de su desarrollo, la relación de cada persona con sus características físicas, en el ámbito de un contexto cultural, contribuya a configurar una manera específica de ser y de estar en el mundo.
Cuerpo y Gestalt
Todo lo anterior apunta hacia la relevancia del cuerpo en la terapia psicológica. La corriente psicológica que más reconoce la importancia del cuerpo es la terapia gestalt. Cuerpo y Gestalt se relacionan entre sí dando lugar a un abordaje terapéutico profundo.
Para la terapia gestalt no solo nos servimos o habitamos un cuerpo, sino que somos un cuerpo.
En este sentido Kepner (2000) afirma que “donde el cuerpo no es sentido, disminuye el ser”.
El contacto con nuestro cuerpo, suele estar habitualmente bastante olvidado, no exploramos ni desarrollamos la maravillosa potencialidad de nuestros cinco sentidos, cansamos demasiado unos (la vista, el oído) mientras que el tacto, el gusto, el olfato se van embotando por falta de uso. Nos limitamos en nuestra experiencia de seres humanos.
Cuando retomamos el contacto con nuestro cuerpo y empezamos a desarrollar los sentidos menos utilizados, esto suele traducirse en una revitalización del organismo y en un desarrollo de sus capacidades expresivas y creativas.
En la terapia gestalt las sensaciones corporales son una parte importante de la comunicación del cuerpo con la mente y una herramienta de trabajo poderosa en el trabajo de escucha del cuerpo por parte del paciente y de escucha del paciente por parte del terapeuta.
Toda la expresión corporal de una persona, la forma de moverse, sentarse, mirar, etc… todos estos, son elementos importantes para trabajarlos e integrarlos en la conciencia hasta que la persona sea plenamente capaz de escucharse y vivir todo su potencial. Para saber más sobre cuerpo y Gestalt: escuchando nuestro cuerpo y el cuerpo en Terapia Gestalt.
Kepner, James I (2000). Proceso corporal. Un enfoque gestáltico para el trabajo corporal en psicoterapia. México. Editorial Manual Moderno.
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