Hace poco me sorprendí a mi mismo cuando me dispuse a borrar todas las fotos que se habían ido acumulando en mi móvil para liberar espacio. Me di cuenta de mi dificultad para borrarlas, “ésta no por si acaso”, “ésta la quiero de recuerdo”, “este chiste tan gracioso me lo guardo”, es lo que me iba contando con tal de no desapegarme de mis recuerdos. Vivimos en un mundo de dificultad para el desapego material.
Todos necesitamos vivir dignamente, tener unos ingresos estables, nuestras necesidades básicas cubiertas y podernos permitir momentos de ocio y disfrute. La dificultad llega cuando en lugar de poseer a los objetos, son estos los que nos poseen a nosotros. Si alguien ha visto la película “Concursante” recordará como el protagonista es premiado con un chalet, un coche de lujo y diversos bienes, pero se da cuenta de que tener que mantener todo eso le genera increíbles gastos, le esclaviza y le acaba empobreciendo.
“De recuerdo” ó “Por si acaso”
Tanto lo que acumulamos “de recuerdo” o “por si acaso” nos dificulta vivir en el ahora. Y muchos objetos que acumulamos son para recordar, o pensados en usar a futuro. Nada extraño por otro lado, pero cuando esos objetos se vuelven muy numerosos ocupan un espacio que psicológicamente significa una carga. Así vamos acumulando objetos, documentos, cupones descuento que en verdad ni necesitamos ni daremos uso pero que ocupan un gran espacio tanto en nuestros hogares o trasteros como en nuestro interior.
Y es que, en la sociedad de consumo, somos incitados a consumir todo tipo de objetos que al poco tiempo cambiaremos por otros más modernos. ¿Qué se mueve detrás de nuestro impulso a consumir y acumular? Pues en mi opinión la soledad, el vacío y la insatisfacción. Por llenar vacíos nos esclavizamos con objetos, comida, drogas…Mientras no queramos atender internamente qué nos sucede y como actúa ese vacío en cada uno, entonces tenderemos de modo automático en buscar la solución fuera de nosotros y una de esas respuestas es consumir y acumular sin conciencia.
Orden versus armonía
De niño la palabra “orden” siempre me generó muchas resistencias. Lo tenía asociado (y con razón) al control, la disciplina y la rigidez. Cuando dejé de rebelarme contra el orden y empecé a organizar mi caos pude darme cuenta del enorme placer que suponía poder deshacerme de objetos que ya no utilizaba, papeles que ya no me servían y quedarme con lo importante e imprescindible. Entonces empecé a usar la palabra “armonía”, que me parecía mucho más representativa para describir ese estado interno.
He podido comprobar como cuando organizo mi casa, me deshago de objetos y papeles que ya no uso y me quedo con lo básico, puedo descansar internamente. Es como si a medida que voy organizando fuera también lo hago dentro. Practicar el desapego material y deshacerse de lo que ya no necesitamos es un modo de, como se dice en gestalt, cerrar asuntos pendientes que de algún modo estaban molestando de manera más o menos consciente.
La importancia del vacío
La compra y acumulación compulsiva nos lleva a evitar estados de vacío, y sin embargo escuchar nuestro vacío es fundamental. Solo cuando podemos alejarnos del ruido, que nos estimula a huir de nosotros y consumir, solo cuando contactamos con nuestro vacío interno podemos irnos dando cuenta de qué es lo que necesitamos realmente.
Comparto un capítulo del Tao Te King de Lao-Tse donde explica muy bien cuál es la verdadera función del vacío:
Treinta radios de rueda convergen en el eje,
del vacío depende el movimiento del carro.
Se recoge barro y se moldea,
del vacío depende la utilidad de la vasija.
Se instalan puertas y ventanas, en los muros de una casa,
pero del vacío interior depende su utilidad.
Por ello lo que es sirve de posesión,
lo que no es depende de la utilidad
Como dice el refrán “No es más rico quien más tiene si no quien menos necesita”, debemos mirarnos y contactar con nuestras necesidades verdaderamente humanas. Entonces nos iremos dando cuenta que lo que acumulábamos y sentíamos que nos daba una identidad y una imagen, en verdad ya no importa tanto.
Comparto el trailer de un documental muy interesante acerca del desapego material.
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