Desde la primera edición en 1952 del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), hasta la quinta en 2013, no ha parado de incrementarse el número de psicopatologías humanas. ¿Es real que la ciencia ha ido “descubriendo” enfermedades de la psique antes desconocidas? ¿Existe una tendencia a patologizar el comportamiento humano? En cualquier caso, seguro que nos conviene tener una mirada más humana sobre el sufrimiento y despatologizar nuestra existencia.
Despatologizar el sufrimiento
El sufrimiento forma parte de nosotros en el momento que tenemos noción de que existimos. La humanidad se ha percatado de este hecho y las religiones así lo expresan. En el Génesis se nos dice que el sufrimiento comienza cuando nos alejamos del Edén por desobedecer. El budismo en la primera de las Cuatro Nobles Verdades nos habla de que la existencia humana es sufrimiento (Duhkha) y desarrolla el Óctuple sendero para ponerle fin.
Pero no sólo las religiones han hablado del sufrimiento, sino que es una temática que se encuentra en cualquier producto cultural de la humanidad mucho antes de que la psicología y la psiquiatría aparecieran. El auge de la ciencia médica tocó en los cimientos de la psicología y psiquiatría, necesitando categorizar y clasificar el sufrimiento humano. Medicalizar los tratamientos de la psique ha significado un incremento del número de trastornos en cada DSM. Una visión que pone la mirada en el trastorno y no en la persona y potencialidades.
Sufrimiento y neurosis
Podemos tener un enfoque más conciliador y menos etiquetador si lo vemos desde otro lugar. Como dice Pérez Álvarez (2016), “Es hora de reconocer que la ansiedad y la depresión son, antes que nada, experiencias, condiciones o categorías existenciales, antes que categorías clínicas, que ponen de relieve nuestro modo de estar en el mundo, dadas las circunstancias”.
Desde mi visión humanista el sufrimiento humano sería lo mismo que la neurosis. Pero, ¿quién esta libre de neurosis? Los mecanismos de defensa son la expresión de ésta y tienen la función de ser y haber sido herramientas de adaptación. Nos hacemos neuróticos porque venimos a nacer a un mundo neurótico.
Verme así junto con los demás hace sentirme en el mismo barco de la locura. Locura que como humanidad sufrimos: no hay más que ver cómo está el mundo. Si existe enfermedad o trastorno, en todo caso sería colectivo.
¿Diagnosticar o despatologizar?
Hemos creado un sistema diagnóstico que convierte problemas cotidianos y normales de la vida en trastornos mentales. Allen Frances
Por supuesto que no estoy queriendo decir que los trastornos mentales no existan y no deban tratarse. Caso de la psicosis, donde el diagnóstico y tratamiento puede contener a la persona y hacerla más funcional. También los fármacos para la ansiedad y depresión pueden ayudar de forma puntual a rebajar el síntoma.
Pero la farmacologización del sufrimiento humano enfoca el problema solo desde la punta del iceberg en lugar de mirarlo en su totalidad. Existe una tendencia social a aliviar el malestar de la psique igual que el del cuerpo. Pero los dolores de la existencia no se alivian como los de cabeza. En la promesa de que el fármaco me aliviará el sufrimiento no hará sino prolongarlo. El fármaco, incluso bien prescrito y pautado, sólo atenderá al síntoma pero nunca podrá ir a las raíces.
Cada vez hay más voces críticas en contra del sobrediagnóstico y la farmacologización. Por ejemplo, en lo que respecta al TDAH, un diagnóstico cuyo tratamiento incorpora potentes sustancias estimulantes, no hay un consenso sobre la entidad real del trastorno, pues no se han encontrado marcadores específicos.
El mapa nunca es el territorio
La frase de este encabezado es algo que no paro de recordarme y de recordar. Los diagnósticos sólo son mapas y nunca el territorio único e irrepetible de la persona.
Que prime la etiqueta y patología por encima del ser humano que vemos enfrente, no pienso que genere herramientas de verdadero cambio en el otro. Es cierto que hay personas que aseguran que el diagnóstico les alivió y les ayudó a entenderse. Sin embargo también he recibido el testimonio de muchas otras que la etiqueta patológica se convertía en una losa que les ha pesado demasiado en su camino.
El modelo psicológico donde el terapeuta se coloca como alguien sano, y que su trabajo es diagnosticar la patología del otro no es real. Y en mi opinión enferma más que sana. Considero necesario no perder en la terapia una mirada humana que nos haga ver nuestro sufrimiento en el del otro. Necesitamos despatologizar la vida.
Bibliografía:
Del Barrio, Victoria., (2009). Raíces y evolución del DSM. Revista de historia de la psicología. Publicaciones de la Universidad de Valencia. 30, 81-90.
Vallejo, M A., Comeche, M I., (2016). Lecciones de terapia de conducta. Madrid: Editorial Dykinson.
[contacta]Despatologizar la vida[/contacta]
- Septiembre, ¿el verdadero año nuevo? - 29/08/2023
- ¿Debería todo el mundo ir a terapia? - 05/08/2023
- El efecto Pigmalión - 09/06/2023