Comenzamos la serie dedicada al eneagrama describiendo mes a mes los eneatipos, inspirándonos en los maravillosos relatos de Mónica Alonso. Hoy traemos el eneatipo 1.
“Los ojos del padre son duros. Fríos. Distantes. Baja a desayunar ya vestido con su traje gris y la corbata de los lunes. Un maletín con la piel gastada, muy vieja.
―Para qué comprar uno nuevo si aún sirve. Es un maletín de buena calidad. Buena piel. Como la de antes―, responde cada vez que su mujer, solícita, le anima a cambiarlo.
El día que nace su hijo, su único hijo, lo coge en brazos, lo mira a la cara y le dice: ―Tú llegarás a ser un gran hombre. Más de lo que nunca pude llegar a ser yo―. Y sonríe afanoso a las enfermeras.
Y así se entrega los siguientes veinte años en instruirlo en casa, leen juntos, le enseña a escribir y a crear, a buscar e investigar, a pensar con raciocinio. Como él. Porque el padre del traje gris es un hombre recto. La espalda tiesa y la nuca erguida. Como si hiciera muchos muchos años se hubiera tragado una vara de laurel y con las hojas, se hubiera tejido una corona de perfección. [···] ” Uknne Moon, De Uno en Uno.
Características de personalidad
El eneagrama habla de pasiones y fijaciones, entendiendo las pasiones como nuestras forma de funcionar más automáticas e inconscientes y las fijaciones como sesgos cognitivos. En el caso del eneatipo 1, la pasión es la ira y la fijación es el perfeccionismo.
No se trata de una ira en cualquier caso evidente, sino que se manifiesta de forma más soterrada bajo la apariencia de una búsqueda (en uno o en los demás) de la perfección, lo correcto, lo que “debe ser” según sus normas propias. Tras una imagen virtuosa e intachable de sí, se oculta una ira pocas veces reconocida.
El 1 se encuentra situado en la triada de la acción dentro del eneagrama, por lo que las personas con este carácter (aunque muy mentales), tienden a actuar por encima del pensar, y sobre todo del sentir.
Uno a veces puede tener la sensación de no estar haciendo del todo bien las cosas en compañía de un perfeccionista. Y esto es porque las personas con este carácter tienen un espíritu crítico y juicioso que está actuando constantemente. Actúan en la vida como severos jueces. En nombre de un “bien superior” se soterra una actitud sutilmente agresiva, donde hay muy poco espacio para lo emocional y afectivo.
Se podría decir que, según la ética de este carácter, el fin justifica los medios, al estilo del espíritu cruzado. Hay un refrán muy adecuado para el eneatipo 1 que dice “Quien bien te quiere, te hará llorar“. El objetivo de perfeccionar/se y llegar a la virtuosidad estará por encima de cualquier otro.
Fenotipo y cultura
Corporalmente las personas de eneatipo 1 son rígidas, de espalda erguida, rictus de seriedad y a veces cierto aire aristócrata. Ejemplos claros en la ficción lo encontramos en la Srta Rottenmeyer, Bernarda Alba o el coronel Frank Fitts de American Beauty. En la vida real, un ejemplo claro de eneatipo 1, por biografía y personalidad es sin duda Margaret Thatcher.
En la cultura de la Inglaterra victoriana del S XIX predominaban fuertemente valores característicos del eneatipo 1 (fuente wikipedia):
La sociedad en la época victoriana estaba exacerbada de moralismos y disciplina, con rígidos prejuicios y severas interdicciones. Los valores victorianos se podrían clasificar como “puritanos” destacando en la época los valores del ahorro, el afán de trabajo, la extrema importancia de la moral, los deberes de la fe y el descanso dominical como valores de gran importancia.
El eneatipo 1 según la psicopatología
Determinados rasgos de personalidad, cuando son exacerbados pueden dar lugar a un cuadro de tipo más psicopatológico. El eneatipo 1, en su estado más insano se correspondería con el Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) según el DSM-5, que se caracteriza por pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y también comportamientos o actos mentales de carácter repetitivo, que el individuo se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente.
El antídoto del perfeccionismo
Así como tenemos un mapa para explorar la neurosis, este mismo mapa nos da las claves de qué aspectos podemos trabajar para sanar. Claudio Naranjo nos habla de las virtudes del eneagrama. Éstas son prácticas para una vida mejor y más feliz.
En el caso del eneatipo 1, la virtud es la serenidad. Una serenidad que tiene que ver con entender que las cosas ya son perfectas tal y como son. Aunque para ello primero conviene reconocer toda la ira negada. Toca aceptar que la vida tiene aspectos que no son modificables y que fluyen sin que uno pueda hacer mucho para controlarlo.
Para el perfeccionista, poner humor en la vida, trabajar lo emocional mediante ejercicios de tipo expresivo o intentar hacer determinadas cosas mal, es un buen modo de desconectar de las exigencias y acercarse a la aceptación y paz interior.
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