La ganancia secundaria promueve un tipo de resistencia al cambio especialmente persistente, que nos hace sentirnos impedidos para tomar decisiones y efectuar cambios relevantes en nosotros mismos. Tomar conciencia de qué ganancias secundarias están asociadas a nuestro modo de comportarnos, sin duda es un paso de gran importancia para nuestro crecimiento personal.
¿Qué es la ganancia secundaria?
Entendemos por ganancia secundaria un beneficio indirecto habitualmente obtenido mediante comportamientos autolesivos. Pueden ser ganancias monetarias, atención personal o huida de situaciones desagradables y responsabilidades.
En otras palabras, puede ocurrir que un modo de actuar que nos hace daño al mismo tiempo nos genere una ganancia secundaria o beneficio, como pueden ser: protegernos de los otros, evitar el fracaso, conseguir atención, apoyo, comodidad, una posición determinada en la vida, etc.
Pongamos como ejemplo una relación de pareja con alguien que si bien por un lado nos atrae físicamente, por otro lado nos genera sufrimiento y desconfianza. Supongamos que haciendo un balance de la situación tomamos conciencia de que lo mejor sería romper la relación, sin embargo nos sentimos incapaces para llevar a cabo tal decisión. Dejar al compañero en cuestión nos enfrentaría con el miedo a la soledad, el dolor por la pérdida, y el temor a lo desconocido.
En este caso la ganancia secundaria (evitar por ejemplo el miedo a la soledad) tendría un gran peso y la persona no rompería la relación pese a ser principalmente dañina para sí misma.
¿Cómo movilizarnos hacia el cambio?
Que obtengamos una ganancia hace que un comportamiento (continuar con alguien que nos genera desconfianza, en nuestro ejemplo) pese a ser dañino, sea difícil de cambiar. Con frecuencia no somos conscientes de qué es lo que nos ata, y nos inmovilizamos sin comprender por qué nos resistimos al cambio. Pararnos a pensar/sentir y darnos cuenta sería el primer paso. Asumir riesgos y renunciar conscientemente a estos beneficios que nos enganchan a comportamientos indeseados, son claves importantes para lanzarnos a la acción.
Sin embargo, en ocasiones no se trata necesariamente de renunciar a la ganancia secundaria, sino de tomar conciencia de la necesidad que tenemos de ella y encontrar nuevas maneras que no sean tan costosas psicológicamente.
Hemos de recordar que necesitamos afecto, cariño o atención pero no a una persona en concreto; sería como decir que tenemos sed y necesitamos beber coca-cola La necesidad es beber, pero que sea coca-cola es un deseo. Es importante distinguir necesidad y deseo. Desde esta perspectiva podemos obtener la misma ganancia (calmar la sed) mediante medios que no sean tóxicos.
Podemos decir que detrás de cada problema psicológico se esconde al menos una ganancia secundaria que hace que dicho problema se perpetúe en el tiempo. Debemos preguntarnos para qué nos comportamos como lo hacemos, qué ganamos con ello, y si podemos obtenerlo de otro modo. Si somos sinceros con nosotros mismos probablemente nos sorprenda la respuesta.
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Gracias Luis. Un saludo
Me suscribo ya que encuentro un buen nivel de análisis de los temas, ej. ‘Ganancias secundarias’