Nos pasamos media vida huyendo de lo que nos desagrada y la otra media persiguiendo lo que nos gusta. Tenemos una lucha entre cómo deberían ser las cosas y cómo son en realidad. La aceptación es algo que, en general, nos cuesta.
¿Qué es la aceptación?
No pretendas que los sucesos sucedan como quieres, quiere los sucesos como suceden y vivirás sereno. Epicteto
La RAE tiene diferentes definiciones para la palabra “aceptar”. La primera de ellas la describe como “recibir voluntariamente o sin oposición lo que se da, ofrece o encarga“. Creo que todas las definiciones que he visto, ésta sería la que más se acerca a lo que quiero contar aquí.
La aceptación sería la capacidad de estar con lo que hay, de no resistir la experiencia plena de lo que sucede fuera o dentro de nosotros. Nuestra rigidez mental e ideas fijas sobre como debería ser yo, o el mundo hace un contraste doloroso con cómo la realidad es.
En realidad nuestra resistencia a sentir es lo que garantiza el sufrimiento. Aceptar tendría que ver con estar presente con lo que venga. Me guste o no.
Aceptación no es aprobación ni resignación
Existe una confusión entre los términos aceptación y aprobación. Aceptar algo tal cuál es no implica que lo apruebe, me guste, o que no vaya a hacer por cambiarlo. Puedo intentar cambiar una situación sin intentar resistirme a lo que es.
Tampoco la aceptación es resignación. La aceptación no excluye que yo acometa acciones para cambiar algo que no me gusta.
En cambio, la actitud resignada tendría que ver con (de forma consciente o no), elegir no cambiar algo que sí está en mi ámbito de acción. Se trataría de una actitud pasiva ante la vida, que nada tiene que ver con aceptar.
El yo ideal vs el yo real
La falta de aceptación no sólo va dirigida hacia el mundo y los otros. Suele ir unida a una pelea interna respecto a quienes somos.
Marcarse objetivos, pretender mejorar en ciertos aspectos de mi vida, etc, son aspiraciones muy legítimas. Pero el problema es cuando confundimos la aspiración con la exigencia. Ésta última está relacionada con la falta de aceptación de quienes somos, cuando nuestro juez interior toma el control, y en nombre del yo ideal, examina y juzga implacable al yo real.
La neurosis es la distancia que existe entre nuestro yo verdadero y nuestro yo ideal. Carl Rogers
Así que el crecimiento interior no tendría que ver con “mejorarnos” desde un lugar neurótico. No se trata de ser más perfectos sino más reales.
Aceptación y darse cuenta
La dificultad para aceptar está directamente relacionada con el fenómeno de la evitación experiencial, que consistiría en una tendencia a apartar de nuestra conciencia sucesos internos (pensamientos y emociones) desagradables, intentando mantenerlos controlados. Según investigaciones como ésta, habría una relación estrecha entre el fenómeno de evitación y problemas psicopatológicos.
Cuando en terapia gestalt hablamos del proceso del darse cuenta, esto está relacionado con tomar conciencia sobre lo que estamos experimentando en el momento presente. Y sin aceptación no hay darse cuenta.
En realidad, no hay ninguna experiencia que nos aparte de la aceptación. No sería sano convertir la aceptación en un debería, pues la propia resistencia a la aceptación también puede ser aceptada.
¿Sientes que te cuesta aceptar lo que la vida trae y aceptarte? En Concienciarte podemos acompañarte.
Dejo aquí un maravilloso vídeo de Mónica Cavallé hablando sobre el asunto, y del que me he inspirado mucho a la hora de hacer este artículo.
- Septiembre, ¿el verdadero año nuevo? - 29/08/2023
- ¿Debería todo el mundo ir a terapia? - 05/08/2023
- El efecto Pigmalión - 09/06/2023