La creatividad que nos crea
La creatividad es una habilidad que nos permite generar nuevas ideas o conceptos, o novedosas relaciones entre ellos, que normalmente nos llevan a soluciones originales. La palabra creatividad tiene el significado literal de engendrar, crear (deriva del latín “creare”). Además está emparentada con “crescere”: crecer.
Normalmente se asocia con las actividades artísticas, tales como la pintura, la música o la literatura. No solamente con la pintura de alto nivel, música clásica o literatura de primer orden, sino también con cualquier dibujo u otra expresión de nuestra subjetividad.
Es una capacidad intrínseca en nosotros como seres humanos. No tenemos que ser genios ni estar especialmente dotados para ser creativos. Es algo que todos llevamos dentro. Puedes leer más sobre los bloqueos que nos alejan de nuestro potencial creativo.
Podemos (y es útil) integrar la creatividad en nuestra vida cotidiana. Un eslogan publicitario decía: “para qué cocinar cuando se puede crear.” Un poco de verdad tiene, es cierto que en la cocina podemos dar rienda suelta a nuestra imaginación. Por ejemplo, comer un trozo de queso con una manzana. Una combinación algo novedosa quizá, pero más aún lo habría sido el jamón con melón y hoy es considerado una delicia.
Más allá de las cosas mundanas, la creatividad es bienvenida para todo tipo de aspectos en nuestra vida. Por ejemplo los problemas a los que nos enfrentamos diariamente tienen seguramente una solución creativa. O quizá no la tienen, pero se puede ver desde un ángulo novedoso, un enfoque diferente.
La creatividad puede servirnos para resolver nuestros conflictos y también para acercarnos a otras personas (acceder a su universo), relacionándonos con ellas. También nos enriquece de muchas formas.
¿Qué tienen que ver la depresión y la creatividad?
En un primer vistazo, nada de nada. Pero si uno lo piensa, síntomas como la depresión, la
negatividad prolongada, ansiedad, obsesiones,… se pueden considerar pensamientos recurrentes, repetitivos. En definitiva un estado mental donde no aparecen ideas nuevas, donde hay muy poca creatividad, poco lugar para la imaginación y para unas soluciones distintas.
Si una persona con depresión fuera capaz de percibir ideas creativas, unos modos novedosos y asombrosos de abordar su problema, esto podría ayudarle a una posible resolución (¡ojo, ayuda, no quiere decir que desaparezca por arte de magia!).
La idea del “ajuste creativo” es central en la Terapia Gestalt. Se produce cuando encontramos diferentes posibilidades de solución viables (compatibles con el entorno o posibles) para satisfacer nuestras necesidades.
Como la vida misma
La creatividad nos energetiza y nos ayuda a impulsarnos en nuestra existencia. Además,
la vida nos ofrece muchas posibilidades de ser creativos. Por ejemplo tomando un camino distinto evitando un atasco, organizándonos de un modo u otro para tener tiempo, comprando en un sitio u otro, o hablando con varias personas de un conflicto (nos aportan visiones diferentes de la misma cosa).
En este caso no es creatividad propia sino ajena, pero sirve igualmente. De este modo se puede relativizar, se pueden ver cosas que no se apreciaron inicialmente, que no habíamos podido ver en un primer momento. En caso de una obsesión, negatividad, la angustia o depresión, hacer esta visión del problema puede servir de un apoyo muy grande.
Volviendo al símil culinario, no es que se arregle todo con una buena cocina. Pero sabe mejor, apetece más, y puede ayudar mucho. Y de paso una buena cocina también favorece al buen ambiente, al humor.
A propósito del buen humor, os recomiendo el enlace, que incluyo más abajo, de una intervención del psicólogo Fidel Delgado. Le admiro profundamente por su manera de enseñar, llegando a todo el público de una forma lúdica y divertida. Un ejemplo de creatividad y buen humor!! :
[contacta]creatividad[/contacta]