“Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras los hombres no escuchan”. Víctor Hugo
Empecé a hablar de las creencias en un primer artículo titulado: Creencias en Terapia Gestalt (Parte I): https://www.psicologosconcienciarte.es/creencias-terapia-gestalt-parte-i/ . Aquí profundizaré un poco más sobre el tema.
Cuando mis creencias me limitan
Las creencias suelen clasificarse en limitantes y capacitantes. Las capacitantes nos sirven para lograr más fácilmente nuestras metas. Tanto unas creencias como otras, de nosotros mismos, tienen un componente más profundo. Nos hacen ‘ser’ lo que somos, nos hacen ‘creer’ lo que somos. De ahí que un cambio en ellas lo percibimos como ‘peligroso’ para nuestro ser (para la persona que pensamos que somos).
Mis creencias, como las opiniones, pueden argumentarse y ver si son ciertas o no. También podemos valorar en qué medida nos sirven. Las creencias, por ser unas opiniones de fondo, sí que tienen otra faceta que las hace difíciles de descubrir. Son, algunas al menos, inconscientes. Y hasta que no salgan a la luz de la consciencia (de la toma de conciencia) no pueden trabajarse ni cambiarse. Además no pueden ni verse.
El primer paso sería verlas, y luego, si se desea o necesita, cambiarlas.
Por ejemplo, una persona tiene creencia de que nunca se va a sacar el carnet de conducir. Lo ha probado tres veces, ha suspendido tres veces y dice que nunca va a poder tenerlo. En este caso, se puede hacer el ejercicio de saber que esto es una creencia. Una opinión y no un dato. El futuro está por llegar. En este momento solo podemos estar seguros del ahora y tener cierta certeza sobre el pasado.
Es decir, un dato es que lo probó tres veces y que suspendió. Datos que podemos decir referente a esto: puede probar más veces a sacarse el carnet. Hay personas que aprobaron a la sexta. Hay quienes tienen grados de invalidez elevada y que aún así conducen. Hay muchas personas que tienen carnet de conducir.
Igual que un niño, que para aprender a andar se cae muchas veces. También en este caso uno puede caerse muchas veces. Y en ocasiones es hasta recomendable. Así se construye también nuestra experiencia y nuestro aprendizaje.
Pero hay más. Todos estos datos, esta información verídica y objetiva, no va a cambiar la creencia de la persona. Si puede pasar que se dé cuenta de que tiene esta creencia. Decidir cambiarla o mantenerla será su decisión.
Las creencias en terapia
En la Terapia Gestalt descubrimos junto con el terapeuta cuáles son nuestras creencias, cómo se originaron, la función que cumplen (o cumplieron).
Además ofrecemos un espacio privilegiado, seguro y de cuidado
donde podemos empezar a verlas de otra forma, empezar a permitirnos cuestionarlas.
Más adelante podremos decidir más libremente si esas creencias siguen formando parte de nuestros repertorios personales. O por el contrario deseamos deshacernos de ellas o reformularlas y modificarlas. Adaptándolas más a nosotros. Todo ello es posible, con la ayuda y el apoyo de la terapia.
“Cuestionar nuestras más arraigadas creencias requiere de mucho coraje porque implica aceptar que hemos podido estar equivocados toda la vida”. David Fischman
¿Y cuáles son tus creencias?
Para finalizar, os animo a reflexionar sobre las creencias que tenéis. Y a empezar a cuestionaros, quizá, si son tan ciertas como pensais… o no…
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