Aunque el asunto del control ya ha salido más veces en otras entradas de este blog, hoy quisiera hablar del control desde el enfoque del estoicismo, una filosofía que no conocía demasiado y en la que me estoy empezando a interesar. Según el estoicismo, una de las causas de sufrimiento tiene que ver con no diferenciar lo qué está en nuestro margen de acción y lo que no. Esto se llama la dicotomía del control.
La metáfora del arquero
Supongamos que hemos entrenado duro para una competición de tiro con arco. Hemos elegido el mejor arco posible y las mejores flechas del mercado. Llega el momento de la competición y nos toca tirar a diana. Hasta justo ese momento, todo ha dependido de nuestro control. Pero una vez soltamos la flecha y ésta se dirige a su objetivo, ya no tenemos el control sobre el resultado. Puede de repente entrar una ráfaga de viento, o caerse la diana, o cualquier otra circunstancia desfavorable que nos impida tener éxito por mucho que hayamos entrenado.
Esta metáfora del arquero fue usada por Cicerón, un famoso filósofo estoico, para explicar esto de la dicomotía del control.
Somos responsables de la siembra pero no de la cosecha
Esta otra metáfora, de cosecha propia, es la que suelo utilizar con mis pacientes para hablar de lo mismo. Hoy día nos llegan muchos mensajes de corte narcisista que nos hacen creer falsamente que si algo lo queremos, podemos conseguirlo, porque basta con ponerle empeño y proyectarnos con pensamientos “positivos”. Podemos frustrarnos mucho (y peor aún, culparnos), si no obtenemos lo que deseamos.
Pero la realidad es que en la vida hay muchos otros factores externos que no dependen de uno. Está claro que si no siembro no voy a cosechar. Pero la siembra no garantiza la cosecha.
La dicotomía del control
La felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio: algunas cosas están bajo nuestro control y otras no. Epícteto
Distinguir lo que podemos controlar y lo que no, parece tarea sencilla. Pero la realidad es que muchas veces tenemos dificultades para darnos cuenta de lo obvio.
La dicotomía del control realiza una distinción entre los asuntos que son nuestra responsabilidad, y por tanto podemos controlar y los que están fuera de nuestro margen de acción, y por tanto no podemos controlar.
Hay aspectos que, si bien podemos controlar parcialmente, nos podemos creer que dependen enteramente de nuestro control (por ejemplo, nuestra salud física), cuando la realidad demuestra que no es así.
El sufrimiento estaría entonces relacionado con nuestra dificultad para distinguir un área de otra. Muchas veces nos empeñamos en querer controlar infructuosamente asuntos que en realidad no podemos controlar en su totalidad. Y al mismo tiempo nos cuesta hacernos responsables de lo que sí depende de nuestro control
No puedes controlar lo que los demás piensen de ti
No tiene ningún sentido intentar controlar la idea que los demás tengan de ti. Abandona el intento enloquecido de que los demás tengan una idea positiva de ti. Mariano Alameda.
Este suele ser un tema que nos vuelve locos. Tenemos la fantasía de creer que podemos hacer algo para caer bien al otro. Todos queremos que nos quieran, y es humano reconocernos necesitados del aplauso y la valoración. Pero la realidad es que no es algo que podamos controlar.
El que haya encuentro con un otro, no depende de mí ni del otro, sino de si se da el vínculo o no. Darnos cuenta de todo el esfuerzo que estérilmente hemos puesto para sentirnos queridos es el primer paso para la libertad interior de atrevernos a ser quienes somos en relación.
Enamorarse del proceso
En definitiva, teniendo en cuenta lo que podemos controlar y lo que no, es probable que lo más sano sea ponerle mimo en lo que atañe a nuestra responsabilidad y nuestras acciones. Es entonces cuando nos podemos enamorar del proceso y no tanto de los resultados.
(Si queréis profundizar más sobre el tema, dejo aquí un interesante vídeo de elestoico.com)
https://www.youtube.com/watch?v=xPn7UScAkQQ&ab_channel=ElEstoico
- Septiembre, ¿el verdadero año nuevo? - 29/08/2023
- ¿Debería todo el mundo ir a terapia? - 05/08/2023
- El efecto Pigmalión - 09/06/2023