Hoy día vivimos colectivamente la enfermedad del narcisismo. Es algo que, de un modo u otro, nos cala. Estamos en la era del Instagram, Tik Tok, Snapchat, etc. Nos hemos vuelto adictos al refuerzo de la dopamina que implica que un otro nos valide o aplauda lo que hacemos. Toca aceptar que lo que es, es. Pero esto tiene unas consecuencias a nivel social, y es que inevitablemente, a más narcisismo, más falta de empatía.
Relaciones tóxicas, ghosting, red flags o responsabilidad afectiva
Seguro que te has dado cuenta que estos términos que acabas de leer están ultimamente más presentes que nunca. Y me parece que tiene que ver con la necesidad de alertar sobre conductas “ombliguistas” que están muy a la orden del día.
Y por eso es importante volver al viejo término de la empatía. Puede que sea una palabra que usemos demasiado a la ligera pero que en verdad no sabemos realmente lo que es. Pero, ¿qué es realmente la empatía?
La empatía
Ser empáticos es una habilidad que nos permite comprender los sentimientos, pensamientos y experiencias de los demás. Es esencial para las relaciones interpersonales saludables y satisfactorias. La capacidad para ponerse en el lugar del otro es fundamental para la construcción de relaciones positivas y resolución de conflictos.
A su vez, estaría muy relacionada con la inteligencia emocional, que se referiría a la capacidad de las personas para reconocer sus propias emociones y las de los demás. La inteligencia emocional requiere de empatía porque también ésta habilidad tendría que ver con la capacidad de expresar a un otro mis propias emociones desde un lugar cuidadoso y asertivo.
Los beneficios de la empatía en las relaciones
Recibir empatía de un otro permite que nos sintamos personas entendidas y valoradas, lo que a su vez mejora la calidad de la comunicación y la conexión emocional. También facilita la resolución de conflictos y ayuda a evitar malentendidos y desacuerdos.
En situaciones donde hay diferencias culturales y/o de género, la empatía también puede ser muy útil para fomentar la comprensión y el respeto mutuo.
¿Puede trabajarse la empatía?
En general, salvo probablemente con las personas de personalidades de tipo antisocial, la empatía es algo que sí puede trabajarse para mejorarla.
Aunque algunos estudios sugieren que la empatía se desarrolla en la infancia y es influenciada por factores ambientales y sociales, en la edad adulta puede trabajarse a través de la práctica consciente y el desarrollo de la conciencia emocional.
También a través del desarrollo de la compasión interna a través de un trabajo psicoterapeutico puedo ir desarrollando un mayor sentimiento de empatía hacia los demás. Cuanto mejor me entiendo a mí y me comprendo, cuanto más incorporo una mirada interior exenta de juicio, más iré siendo capaz de generalizar esa mirada hacia el exterior.
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