Lo que sin duda marca la iniciativa de las personas y nos orienta para tomar distintas decisiones en la vida, es la motivación. Se podría considerar como el motor que nos mueve, aquello que nos lleva a actuar y conseguir todo lo que nos proponemos. Sin embargo, muchas personas creen que para lograr objetivos solo debemos ser disciplinados y trabajadores, lo que también juega un papel importante.
Pero, ¿crees que podríamos conseguir nuestras metas sin sentir las ganas para ello? La respuesta es no. Gran parte del sentido de la vida es esforzarnos por conseguir nuestras metas, ¿no es así? Y debes saber que la motivación es el primer paso para ello.
Pese a ello, no siempre es tan fácil mantener cada día ese estado de ánimo. Puede llegar el momento en el que te cueste levantarte por las mañanas de la cama o ponerte en marcha con las tareas que tienes por hacer. Puede ser que llegue una etapa en la que no sientas ganas por realizar tu trabajo, por hacer planes con tus amigos, por esforzarte en tus estudios, por practicar deporte… En definitiva, sentirte apagado a la hora de llevar a cabo aquello que forma parte de tu vida y te mantiene vivo.
Presta atención si te sientes culpable por por sentir desmotivación, y pregúntate ¿he elegido yo sentirme así?. Quizá simplemente han sido distintos motivos lo que te han llevado a ese estado anímico tan desagradable. Algunos de ellos pueden ser el miedo, la ausencia de unos objetivos bien definidos, la carencia de ilusión por sentir aburrimiento, o elegir objetivos que no sean coherentes con tus valores o tu misión en la vida.
Miedo
El miedo es una emoción que suele estar presente en numerosos aspectos de nuestras vidas. Nos paraliza y nos impide avanzar, nos priva de ser nosotros mismos, de actuar con naturalidad y de guiarnos por nuestros sentimientos. Cuando experimentamos el miedo, la desmotivación y la pérdida de ganas pueden actuar como un mecanismo de defensa con la intención de mantenernos “a salvo” ante aquello que nos provoca miedo.
Falta de objetivos claros
La ausencia de unas metas bien definidas es un problema muy común del que en ocasiones, no somos conscientes. Podemos sentir que algo va mal dentro de nosotros, sentir que el protagonista de nuestros días es la desmotivación y no saber por qué. Pregúntate si te estás esforzando pero dispersando tus energías, o si no sabes con qué fin haces lo que haces. En ocasiones menos es más, focaliza tu atención en un solo objetivo que puedas alcanzar de manera gradual, cumpliendo metas pequeñas que te ayuden alcanzarlo. Por ejemplo, si tu objetivo final es estudiar un libro, organiza el trabajo estudiando un tema por día, y premiándote si lo consigues con algo que te haga disfrutar.
Rutina y aburrimiento
Puede ser que te encuentres aburrido en tu trabajo, que sientas que tu vida es monótona y que no vives experiencias nuevas cada día. Quizá tu vida te guste, pero puede llegar el momento en el que te resulte demasiado rutinaria y, con ello, sentir que nada te motiva.
Debes saber que no es posible estar siempre al mismo nivel de energía, ahora bien, si ese sentimiento se prolonga demasiado tiempo, entonces es hora de tomar medidas. En ocasiones, la desmotivación es una alarma que nos alerta y nos indica que nos vendría bien reflexionar y cambiar nuestro rumbo, por eso, cuando toca a nuestra puerta, no debemos ignorarla.
Motivación intrínseca vs extrínseca
¿Te has preguntado si esos objetivos que persigues son impuestos desde fuera o si realmente vienen del deseo y la conexión contigo? Cuando hablamos de motivación extrínseca nos referimos a la que sientes cuando estudias un examen pero no porque te interesa, sino porque debes sacar una buena nota. Sin embargo, la motivación intrínseca tiene que ver con aquello que realmente te despierta curiosidad, que tiene que ver con tus valores o con tu misión en la vida. La primera tiene que ver con el deber, la segunda con el deseo. Ambas son importantes, ya que la primera nos aporta disciplina, pero la segunda será la que te ayude a mantener viva esa llama que te hará moverte.
Terapia individual para lidiar con la desmotivación
Es común encontrarnos en un momento de desmotivación de vez en cuando, eso sí, debemos aprender a reconocer y romper los hábitos que nos han llevado a perder el entusiasmo. A veces basta con pararnos a recapacitar y encontrar la motivación con nuestros propios medios y, otras veces, acudir a terapia es el empujón que necesitamos.
Desde Concienciarte te dejamos la puerta abierta con nuestra terapia individual online para que recuperes el entusiasmo que tanto necesitas, y que te hará volver a sonreír y ser tú mismo. Te acompañaremos durante este largo camino de aprendizaje y te brindaremos la dosis extra de motivación que necesitas.
Determinar tus objetivos, tus pasiones e intereses será una de nuestras metas. Cuando vuelvas a tener suficientes motivos para tomarte la vida con ganas, volverás a ser feliz. Nos centraremos también en eliminar todas esas barreras o bloqueos emocionales que en estos momentos se han adueñado de ti y te han frenado para alcanzar tus metas.
Debes saber que este sentimiento no te va a acompañar el resto de la vida. El primer paso para ponerle punto y final es reconocer su presencia en ti y buscar ayuda si así lo consideras. ¡Vas por buen camino, no te rindas!
Nuestras recomendaciones para recuperar la motivación
Desgraciadamente, la desmotivación puede desembocar en la pérdida total de la ilusión y con ello la felicidad. Por suerte, los profesionales en la terapia individual conocemos de primera mano las medidas que se deben tomar en estos casos.
- Encuentra qué es lo que te desmotiva
“¿Qué es lo que está ocurriendo en mi vida que me ha llevado a sentirme así?” Esta es la pregunta que en primer lugar debemos hacernos cuando la desmotivación comienza a formar parte de nuestro día a día.
Encontrar la respuesta puede ser la clave, y mediante nuestra terapia psicológica online o presencial, estoy segura de que podrás.
- Reconoce que en ocasiones necesitas parar
Cuando estamos decaídos en algún aspecto de nuestra vida, debemos saber que hay algo que falla. Sin embargo, incluso encontrándonos así, tenemos tendencia a continuar, sin frenarnos a recapacitar sobre lo que nos ocurre. Es importante que sepas que, si no reconoces las situaciones en las que necesitas decir “hasta aquí”, no podrás avanzar.
- Plantea cambios en tu vida
¿Qué queremos decir con esto? Nos referimos a que, si has llegado hasta aquí leyendo, es porque seguramente te hayas sentido identificado con nuestras explicaciones. Si es así, necesitas cambiar esos aspectos que te han llevado a sentirte desmotivado. Fíjate nuevos propósitos y cambia hábitos que realmente no te llenen. No es cuestión de tener grandes metas, sino de fijarte pequeños objetivos que te mantenga vivo, con ganas de lograrlos y superarte a ti mismo.
Ahora toca poner estos consejos en práctica, y no hay mejor forma para ello que con la ayuda de un profesional en la psicología. Si consideras que te encuentras frente esta situación y que comienza a escaparse de tu control, no debes tener miedo a contar con ayuda profesional. La sensación de desmotivación es cada vez más común, y más tras la situación que hemos pasado que tanto nos ha afectado psicológicamente.
Por ello, te animamos a que te embarque en nuestra terapia psicológica online, sobre todo si te encuentras lejos o no tienes tiempo para desplazarte. Te acompañaremos para que puedas ir descubriendo que es lo que realmente te motiva y cómo puedes orientarte hacia ello.