La relación terapéutica en Terapia Gestalt

¿Qué significa ser terapeuta en terapia Gestalt?

Solo se puede entender cómo se construye la relación terapéutica en la Terapia Gestalt si previamente sabemos qué significa ser terapeuta. Por eso es importante buscar el significado etimológico de terapeuta ya que el propio significado de etymos significa “verdadero”, es decir, se trata de ir a la raíz, de buscar el sentido auténtico de la palabra.

“Therapeia viene del griego y significa el cuidado religioso, el culto de los dioses.”

“Terapeutris es religiosa (de religare= enlazar), es decir, una mediadora, encargada de mantener una buena relación entre los hombres y los dioses, entre la Tierra y los Cielos, entre la materia y el espíritu.”

“Therapeuticos es el que cuida de los dioses o de un maestro (y que les prodiga cuidados), es decir, el servidor, devoto, complaciente, servicial, el cortesano o esclavo.”[1]

Si buscamos el significado etimológico de servidor que aparece en el significado de therapeuticos, nos encontramos que tiene su raíz en la lengua indoeuropea ‘swer’, ‘ser’ o ‘wer’ que significa ‘poner atención’, ‘estar atento a’.

Así, la palabra terapia está ligada no a la enfermedad sino al servicio de darse cuenta en el aquí y ahora.

¡Qué maravilla lo que se descubre yendo a la raíz de las palabras!: ¡el significado auténtico, el sentido de ser terapeuta!; no es la persona todopoderosa que sabe, sino la que está al servicio del paciente. O quizás ¿valdría la pena hablar de cliente?

¿Qué significa “paciente”? ¿realmente es acertada la palabra?

Paciente: del latín patí:padecer,sufrir; patiens –act de pati: se dice del sujeto que recibe o padece la acción del agente. (DRAE)

Cliente: del latín cliens-entis: persona que utiliza con asiduidad los servicios de un profesional o de una empresa. (DRAE)

Al desvelar el significado de estas dos palabras se ve claramente que la palabra ‘cliente’ es más apropiada que ‘paciente’ para la terapia gestalt ya que el cliente no es el que “padece” la acción de la persona que cumple con la función de terapeuta, sino que es un sujeto activo en una relación que ha querido establecer libremente. Por otro lado, la terapeuta al ser una servidora vigilante, su función es acompañar al cliente en su camino a descubrirse y mostrarse para conseguir una mayor calidad de vida. El cliente es el genuino protagonista. La terapeuta gestáltica no va de saberlo todo sobre el ‘paciente’ cuya función es mostrárselo al ‘paciente’ pasivo y sin control de sí mismo.

Por lo tanto, visto así, la relación terapeútica es mucho más igualitaria, mucho más respetuosa y mucho más enriquecedora para ambos. Son dos sujetos implicados en una relación, cada uno con una función diferente e igual de valiosa.

Y, ¿en qué consiste esta relación terapéutica entre “cliente-terapeuta”?

El terapeuta y su cliente son dos ‘partes’ en una relación ‘dual’ auténtica, aunque sus papeles y estatus sean diferentes.
El papel del terapeuta es el de permitir y favorecer, y no el de hacer, ni de preceder ni de frenar al cliente, sino de acompañarlo, conservando su propia indiosincrasia. Es una relación de dos que se basa en la empatía.

Las funciones del terapeuta serían las de canalizar más que las de analizar. Las dos funciones mas importantes serían pues:

• Acelerar y amplificar las reacciones debido a su presencia. Y como consecuencia directa de esta función tendríamos la finalidad última de toda terapia gestalt:
• A través de la relación terapéutica que se va estableciendo, el cliente va recobrando su equilibrio interno permitiendo alcanzarlo con mayor rapidez.

Por otro lado, la terapeuta está centrada en el cliente pero también está centrada en ella misma, atenta a lo que siente personalmente en ese instante, al lado de su cliente y no duda en compartir deliberadamente una parte de lo que siente con él o ella. No deja de ser ella misma.

Estas funciones están al servicio del cliente y así se va construyendo la relación terapéutica estando siempre presente diferentes planos: el corporal, el emocional, el intelectual y el social.

[1] Todas las citas que van entre comillas son del libro: La Gestalt. Una terapia de contacto. Autores: Serge y Anne Ginger

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