“No tengas miedo”, “es de cobardes”, “no se puede ir con miedo por la vida”, etc. Son frases que uno escucha habitualmente, sobre todo si eres hombre. El temor es una emoción con muy mala prensa. Aún así está más socialmente aceptado que una mujer lo sienta, pero entre hombres hablar de ello todavía es tabú.
A modo de ejemplo quiero contar una anécdota. Hasta hace poco he estado tocando la batería en directo y pese a los años de práctica siempre he sentido miedo antes de salir a tocar. Ese temor en el escenario ha sido luego el combustible de la energía puesta al servicio de la música. Pese a observar caras de tensión y nerviosismo en mis compañeros, ninguno nunca se atrevió a poner en voz alta lo que sentían. Muy pocos hombres se permiten reconocer el miedo, porque pareciera que no está bien sentirlo y mucho menos mostrarlo.
El miedo tiene su función
El temor es una emoción que llevamos incorporada de manera innata, es resultado de la evolución filogenética, no solo de nuestra especie si no de todas las que tienen estructura cerebral. Si el miedo no hubiera sido adaptativo, sencillamente no lo sentiríamos. Cualquier mamífero posee en su sistema nervioso el cuerpo amigdalino, que es el encargado de procesar lo que a través de los sentidos se valora como peligroso, emitiendo una respuesta a continuación.
Imaginaos como viviríamos si no tuviéramos temor, como conduciríamos o como cruzaríamos las calles. Supongo que muchos de los que leáis esto hayáis visto la película de Pixar “Del revés”. Ahí podemos ver claramente que el personaje que representa al miedo es un personaje necesario que alerta a la protagonista de los posibles peligros a los que se enfrenta. El temor es necesario para la supervivencia.
El miedo no es el problema, es el que nos indica el problema.
El miedo en sí no es un problema, el problema es lo que hacemos él. Hay formas perniciosas de sentir y afrontarlo. Una es la ansiedad, la otra la reacción al miedo y la última la negación del miedo.
La ansiedad patológica es un miedo fantaseado. Se diferencia de la ansiedad adaptativa porque ésta responde a peligros o situaciones de alerta en tiempo real o de ocurrencia inmediata. El miedo neurótico sucede en el ahora respecto a algo que está proyectado en el futuro lejano. Es una emoción desadaptativa, nos genera sufrimiento, y solo la podemos sentir los humanos porque somos los únicos mamíferos con capacidad de imaginar y anticipar. El antídoto perfecto es hacer un trabajo de toma de conciencia en el presente.
Respecto a la reacción al temor cito a Norberto Levy en su artículo La dignidad del miedo:
“Solemos tener miedo por algún motivo y a continuación del miedo podemos sentir vergüenza, humillación, rabia o impotencia, etc. por tener miedo. Es decir, siempre tenemos una doble reacción”
Volviendo a la anécdota del principio, si yo no me legitimo el miedo y no me lo permito expresar, entonces voy a sentir que no está bien sentir miedo porque “un hombre no debería tener miedo”. Mi reacción consecuente va a ser sentir vergüenza de mi miedo, lo que hará que mi miedo, lejos de que desaparezca se va a agravar más. Así que el problema viene cuando nos juzgamos el miedo como algo malo en lugar de dejárnoslo sentir.
Por último la negación del miedo -que en realidad es una reacción más al miedo- nos hace ponernos en peligro. Si lo niego no estoy haciendo caso a una señal que mi organismo me está dando, estoy saltando por encima de mi. En el artículo antes mencionado de Norberto Levy se habla del miedo como la luz del coche que nos indica que tenemos que repostar. Si veo la luz, entonces tomo las medidas necesarias y echo gasolina. Negar el miedo sería como poner una pegatina encima de esa luz para que no me moleste; corro el riesgo de quedarme tirado.
El miedo es un buen maestro
Puedo decir que de lo más importante en mi proceso de crecimiento ha sido transitar y atravesar aquello que me producía miedo. Lo que más difícil nos resulta suele ser lo que más nos sana, y el miedo para eso es un guía excelente. No se puede no sentir miedo.
¿Algo te asusta? Toma conciencia de ello, escúchalo, déjatelo sentir, y si ves que ya es el momento de hacer aquello que tienes pendiente, actúa y toma al miedo como tu aliado, guía y compañero.
Os compartimos un trocito de Inside Out donde os presentan el miedo.
El video está en inglés, no lo hemos encontrado en español. Esperamos que os guste.
https://www.youtube.com/watch?v=Kv0txkskqK0
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