Leyendo el lenguaje corporal
Te voy a proponer un juego. Observa esta foto: ¿qué hace el gato? Imagínate que estas frente al animal en este momento…..¿qué te transmite lo que ves?, ¿qué sientes?,… tomate tu tiempo para ponerte en situación, dejarte sentir…
Ahora analiza las diferentes cosas que ves : posición de la cola, el pelo encrespado, su boca, la curva de su lomo,… Quizá pienses que el gato está enfadado y que te avisa de que no te acerques demasiado, ¿verdad? Sin embargo esta foto está tomada después de que el animal se despertó de su siesta, así que lo que está haciendo es desperezarse. Si analizamos las señales de su cuerpo (pelo erizado) pero no tenemos en cuenta el contexto (recién despertado) sus gestos pueden llevarnos a error en su interpretación.
Lenguaje corporal como expresión y comunicación
Los gestos y la posición del cuerpo nos transmiten mensajes constantemente. Son mensajes que a veces apoyan lo que decimos con nuestras palabras y que otras veces lo contradicen. Cuando esto pasa, lo que damos por cierto de forma inconsciente es el mensaje corporal. Esto es así porque el lenguaje corporal es difícil de manipular u ocultar (es más sincero). Además, en gran medida es universal. Lo compartimos entre personas de diferentes culturas e incluso con muchos animales (nos entendemos mutuamente)
El lenguaje corporal tiene dos funciones: expresiva y comunicativa.
Función Expresiva: Es información interna que sale al exterior y se manifiesta después de que el cuerpo analiza señales internas, las interpreta y las codifica (crea un código) para darles forma fuera. Por ejemplo, mi cuerpo muestra externamente una serie de signos (sudoración manos, dilatación pupilas, aumento de los latidos del corazón,…) como respuesta al miedo tras ver una serpiente.
Función Comunicativa: Se da en relación de dos o más personas, con feedback y retroalimentación constante. En el mismo ejemplo anterior, si estoy en compañía de otras personas que no ven la serpiente pero sí ven mis signos corporales, pueden interpretar: ”¡ Ah, parece que siente miedo!”, y probablemente busquen de forma inconsciente la causa de tal miedo, pudiendo incluso reproducir las mismas señales corporales y sensaciones internas.
¿Qué pasa cuando usamos mensajes contradictorios y expresamos mal el lenguaje corporal? Y ¿si la interpretación es errónea?
Imaginemos una primera cita con alguien que me gusta. Me atrae la otra persona pero tenso mi cuerpo (porque siento inseguridad, miedo al rechazo, pienso: ¿le gustaré?). El otro percibe mi tensión corporal y puede interpretar el mensaje al revés. Cree que siento rechazo en vez de atracción, o siente confusión y no entiende lo que me pasa. ¿Cuántas veces nos hemos sentido así en nuestra relación con los demás?
Las emociones siempre son “verdaderas”, no mienten. El Lenguaje Corporal tampoco.
Pero si no nos permitimos sentirlas (las ignoramos) o bloqueamos, podemos reprimirlas ocultándolas y mostrando al exterior, a la persona que tengo enfrente, una mascara (una emoción distinta o un intento de modificación de mi lenguaje corporal).
En ocasiones nuestra expresión corporal puede atemorizarnos porque es incontrolable. Da información de nosotros mismos de forma natural, espontánea (como un niño) y real. No miente ni es engañosa. Y por este temor que sentimos a veces aprendemos a controlarla ,perdiendo fluidez, expresividad y conexión con nosotros mismos (con nuestro interior)
La comunicación terapéutica
No solo nos comunicamos con palabras. También lo hacemos en “lo implícito”. En Terapia Gestalt aprendemos a pararnos a observar lo que está pasando en “el aquí y el ahora”, también en la sesión terapéutica, para ir tomando conciencia de lo que suele quedar oculto en nuestra vida diaria. Es importante el mensaje implícito y no solo lo que estoy diciendo con mis palabras. Esto me hace entender mejor qué es lo que me está pasando, qué es lo que quiero transmitir al otro y recuperar la autenticidad del mensaje (sin artificios).
¿Qué me ayuda a tomar Conciencia de mi cuerpo?: Terapia Gestalt
En Terapia Gestalt trabajamos para estar más presentes en cada momento y sentirnos “dentro de nuestra propia piel”
- Escuchando al cuerpo: dejándole expresar y ser.
- Dándole un sentido: ¿qué me pasa?
- Identificando bloqueos: ¿por qué cuando hablo de algo triste me río? (Incongruencia corporal) ¿Esto es un mecanismo de defensa?, ¿para qué me sirve?, …
Podemos ayudarnos de algunas Artes, por su alto poder creativo:
- El Baile: potencia expresión, libera tensiones y bloqueos (como el baile africano)
- El teatro: nos permite explorar distintas manifestaciones corporales. Jugar “como si” fuésemos distintos personajes con variadas personalidades, emociones, edades y estructuras corporales.
Finalmente os recomiendo dos artículos, anteriormente publicados, para ampliar información sobre el tema: