Dice un proverbio esloveno: “Cuando a uno le ha mordido una serpiente, tiene miedo de una cuerda enrollada”
Miedos ¿nuestros o ajenos?
Los miedos no siempre son “producciones nuestras” (nuestros miedos). A veces nos son dados en forma de enseñanzas recibidas, que hemos interiorizado normalmente de personas de referencia, cercanas e importantes para nosotros como nuestra familia (“los hombres son peligrosos”).
Aparentemente un bebe no tiene miedos. En contraposición sus padres suelen estar atemorizados por él la mayor parte del tiempo. La pequeña se acerca con curiosidad a una piscina sin perder de vista a su madre que le dice alarmada: “¡cuidado con el agua!”.
¿Son los miedos de otros los que han llegado hasta nosotros? Un amigo me ha contado tantas veces lo mal que lo pasó tras una indigestión de hongos, que yo he desarrollado un rechazo a comerlos. Ese es el miedo de mi amigo ante una mala experiencia, no el mío; pero me pone en alerta ante cualquier cosa con forma de seta.
Nuestra “mochila” de emoción del miedo se va llenando tanto de experiencias mías como de lo que voy recogiendo del entorno, en forma de los miedos de los otros. Esto es muy útil, sobre todo cuando somos niños y “no nos da miedo nada”, ya que es importante protegernos. Pero cuando somos adultos llega el momento de pararnos y reflexionar: “¿esto es útil para mí o me entorpece en mi vida?” Si soy bombera probablemente un miedo a las alturas no sea compatible con mi profesión, pero a la vez me protege de exponerme a situaciones peligrosas…
El tabú del miedo
El miedo tiene muy mala prensa. Si digo “tengo miedo”, expreso que esa emoción se encuentra en mi interior, como parte de mí. Muchas veces intentamos separar el miedo de nosotros mismos, como algo que no nos es propio. Alejándolo de nuestra experiencia, de nuestra vida. Como si fuera algo que vemos en una película.
No se habla sobre él. Pero la emoción está a la orden del día (imágenes de personas desplazadas, pobreza, enfermedad, desastres naturales,…). Implícitamente el miedo está muy presente pero no le ponemos palabras, y esto nos asusta más.
Tenemos miedo a: quedarnos sin empleo, a que se enfaden con nosotros, a que nos rechacen, a no gustar, a tener problemas económicos, a no ser suficientemente buenos, a envejecer,…. ¿alguno de estos te resulta familiar? …
El Mito del Héroe en nuestra sociedad
Nos rodean imágenes en los medios de comunicación y en la publicidad de gente guapa, socialmente valorada por su fortaleza y que parecen no tener miedo o nunca lo muestran en público (deportistas de elite, artistas, modelos…). Son los modernos héroes que siempre aparecen sonriendo y mostrando una imagen más cercana a dioses del Olimpo que a personas de carne y hueso. ¿Y qué decir de los héroes del comic?
Los que están asustados se muestran como ejemplos de débiles, víctimas o enfermos.
Estas son nuestras referencias sociales. Nos enseñan que un héroe no puede tener miedo (como la super–mujer). Pero estas imágenes son idealizaciones, productos fabricados, no personas reales.
El Miedo tiene muchas caras: ¿De dónde procede?
El miedo se convierte en un problema cuando deja de ser útil para mí.
Personalidad Miedosa:
Un niño es un ser indefenso, se encuentra en una situación de gran vulnerabilidad y dependencia de los adultos. No dispone de todas las herramientas necesarias para defenderse ante las agresiones externas. Por eso es necesario ser protegido para permitir un crecimiento y desarrollo adecuado de su personalidad. Un niño protegido (que no sobreprotegido) será un niño que desarrollará seguridad ante el mundo. Un niño que ha sufrido abusos, desprotección o agresiones, probablemente será un adulto con muchas inseguridades y miedos.
Desplazamiento del miedo:
La sensación de miedo es real pero el foco/origen esta desplazado. Tengo fobia a los sombreros de plumas, pero realmente lo que me asustan (aunque puedo no ser consciente) son las aves rapaces.
Cuando el miedo no tiene objeto. Tengo el sentimiento pero sin saber qué me lo provoca.
Tengo Miedo del miedo:
Mi experiencia de miedo me da miedo. Me angustia sentir mi corazón acelerado o la sudoración de mis manos y mi respiración dificultosa me hacen pensar que tengo una enfermedad. A través del tratamiento en terapia gestalt facilitamos el aprendizaje de la emoción y experimentación en compañía del terapeuta (espacio y proceso terapéutico).
Apropiarnos del miedo en Terapia Gestalt
Uno de los objetivos en Terapia Gestalt es apropiarnos o “hacer nuestras” las emociones que sentimos. También el miedo.
Y ahora que siento esto (sé lo que siento)… ¿qué hago con ello? :
- Ponerle palabras a la emoción. Como emoción “sin sentido” me asusta, la evito o rechazo como negativa ¿Qué significado tiene?
- Hacerla mía, propia (mi experiencia y un mensaje para mí)
- Trabajo de Integración (mente + cuerpo).Yo soy una persona con un cuerpo + unas emociones + otras muchas dimensiones como la cognitiva o la espiritual = un organismo completo en sí mismo que se autorregula.
Mi miedo forma parte de mí, como el color de mis ojos y tiene sus características únicas como los lunares que adornan mi piel.
El Miedo visto como un aliado, puede ser una energía que me impulse hacia delante en la vida frente a las dificultades. Y , sobretodo, me hace más humana.