Mindfulness y alimentación consciente: sus beneficos para tener una alimentación consciente.
Ya hemos hablado anteriormente sobre aspectos relacionados con el mindfulness y alimentación consciente, El Mindfulness nos ayuda a poner atención y conciencia en lo que hacemos. Esto podemos trasladarlo al acto de alimentarnos para favorecer una nutrición saludable y más respetuosa con nuestro cuerpo.
Según Jon Kabat-Zin, el Mindfulness es la conciencia que surge de prestar atención al momento presente.
Esta práctica de la atención plena al momento presente la podemos llevar a cabo en cualquier momento del día. Mientras hacemos nuestras actividades cotidianas, tratando de poner atención en cada experiencia que vivimos y nos abre todo un camino de aprendizaje sobre nuestros hábitos y emociones.
¿Cómo empezar a poner en práctica la atención plena?
La clave está en poner conciencia de manera intencionada en cada actividad que tenga que ver con el proceso de alimentarme en el mismo momento en el que la estamos llevando a cabo.
En esta era industrial nos hemos olvidado que hay un sinfín de acciones que forman parte del proceso de alimentarnos: sembrar, regar, cuidar, recolectar, cazar, comprar, procesar, macerar, cortar, mezclar ingredientes, cocinar, servir, compartir, ingerir y digerir.
Se trata de que pongamos atención en lo que sentimos físicamente, lo que pensamos, y las emociones que aparecen durante el ritual de alimentarnos a través de mindfulness y alimentación consciente.
Actitudes que facilitan la toma de conciencia:
1. Observa y reconoce qué hábitos guían tu alimentación para dejar de actuar de manera automática.
2. Permítete soltar esos hábitos de alimentación que no favorecen tu salud, poco a poco, respetando tus tiempos, ya que por algo tienes apego a esos hábitos.
3. No juzgues y evita las etiquetas de lo que “te conviene” o “no te conviene”, permítete descubrir cómo le sienta a tu cuerpo realmente cada alimento. Mantente en la escucha.
4. Confia en que eres capaz de llevar las riendas de tu alimentación y tienes capacidad suficiente para escoger lo que es bueno para ti.
5. Mantente en una actitud de exploración y disfrute con cada alimento. Como la visión que tiene un niño descubriendo cada matiz desde los sentidos, como algo único e irrepetible.
6. No fijarte metas elevadas. Se trata más de “ser” y no tanto de “hacer”.
7. Sé paciente y respeta tu ritmo personal. Céntrate en lo que aprendes y no en lo que consigues.
La alimentación consciente: un estilo de vida
Observa que en ningún momento en este artículo he hablado de “hacer dieta“. No deseo que actúes movido por directrices externas.
El cambio en la alimentación consciente vendrá de la toma de conciencia personal e íntima, y eso, a largo plazo, facilita un cambio de estilo de vida y su continuidad en el tiempo.
El proceso de alimentarse de manera consciente trae de por si cambios que suceden como consecuencia de poner atención en aquellos hábitos que tenemos que no son saludables.
No se trata de hacer dieta temporal para conseguir un objetivo específico y superficial, sino de adquirir un nuevo estilo de vida, para incorporarlo profundamente en tu vida.
Recuerda, no sólo estás alimentando tu cuerpo cuando comes, sino también estás nutriendo tu mente y tu espíritu.
La comida que elaboras con dedicación y atención puede armonizar la mente, el cuerpo y el espíritu. Cuanto pase por tu cabeza mientras cocinas, será en esencia consumido por los que ingieran dichos alimentos. Comprende que la cocina que sirvas contendrá tu energía, tu pensamiento y tu amor en forma sutil y esencial. Por ello es siempre recomendable el acto de cocinar con amor
S.XII texto filosófico Vedanta-Advaita
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