¿Quién nos cuenta lo que sucede cuándo llegamos a casa con una criatura recién nacida (y desconocida) después de dar a luz? Cuando una pareja espera la llegada de su primer bebé normalmente suelen acudir en algún momento a las clases de “preparación al parto”. Allí suelen tratarse temas enfocados al momento del parto y cuidados del bebé, pero, ¿y el puerperio? ¿Quién informa sobre los cambios a diferentes niveles que se producen en esta etapa? ¿Cómo afecta la falta de información a la pareja y la nueva familia?
¿A qué llamamos puerperio?
Aunque a nivel médico se contemple el puerperio como “los primeros 40 días después del parto”, el reajuste que se realiza a nivel físico, psicológico y social podríamos decir que es un proceso más largo que puede durar hasta los dos años del nacimiento del bebé.
Traer al mundo a una criatura es un gasto de energía importante a nivel físico y requiere un período algo más largo de recuperación.
Además de ser el comienzo de una aventura que dura toda vida, inevitablemente se producen una serie de cambios que requieren una fase de adaptación: se pasa de ser una pareja a convertirse en una familia, construcción de la nueva identidad de madre/padre, etc.
Maternidad y paternidad
La mujer que se convierte en madre normalmente los primeros meses (por no decir el primer año) se siente muy cansada, al principio sigue afectada por alteraciones hormonales, se enfrenta a una situación que hasta ahora desconocía con mucha presión social, sin sus horarios habituales, sin trabajar, y sin sus puntos de referencia de siempre, además de las huellas del parto que serán más o menos dolorosas en función de cómo se haya desarrollado éste.
El hombre que se convierte en padre también suelen estar bastante cansados, y pueden sentirse apartados de la pareja por dedicarle demasiada atención al bebé. Además, como los primeros años la experiencia emocional suele ser bastante intensa, algunos ante el miedo de tal intensidad pueden alejarse de la intimidad familiar y refugiarse en el trabajo u otras actividades.
La madre suele estar fusionada emocionalmente con el bebé y es bastante complicado de sostener, pero su pareja no tiene una tarea sencilla, sino que además de sostenerse a él mismo estaría bien que pudiera apoyar y sostener esa fusión “mamá-bebé”.
La capacidad de la madre para sostener al bebé va a depender en gran medida del apoyo y comprensión recibido por el entorno, y principalmente de su pareja.
¿Qué pasa con nosotros? Cómo nos afecta el puerperio como pareja
Normalmente durante el puerperio la pareja pasa a un segundo plano, ya que hay poco tiempo y la satisfacción de las necesidades y demandas del bebé son prioritarias (sueño, brazos, alimento).
Muchas parejas se separan durante los primeros años, y es comprensible ya que el puerperio es una etapa de muchos cambios, intensidad y desconcierto y puede acabar en desencuentro. También pueden abrirse, pero con mayor intensidad, heridas y asuntos sin resolver de la pareja antes de aventurarse en la maternidad/paternidad.
En el hecho de que se genere un ambiente de comprensión por ambas partes o no, van a influir notablemente los estilos que tengan cada uno de gestionar sus emociones. Durante el puerperio se van a intensificar esos estilos: si uno de los miembros tiene tendencia a “explotar”, seguremante explotará de manera más frecuente e intensa; si otro tiene tendencia a reprimir las emociones y evitarlas lo hará con mayor intensidad.
Esto puede crear una serie de conflictos constantes y generar mucho desgaste y desencuentro en la pareja.
¿Qué hacemos entonces? Sobrevivir al puerperio
Es importante tener información a priori de los cambios que se producen, para tener al menos una idea algo más realista, ya que de esta manera disminuyen considerablemente el estrés y los conflictos. Esta información no nos garantiza no afectarnos (es poco posible que ambas partes de la pareja no se afecten por mucho que sepan), pero puede ayudarnos a no quedarnos anclados y poder intentar verlo como una etapa que pasará, como una carrera de fondo.
En la maternidad/paternidad ya no se es la/el que era, pero se es otra/o, se pierden unas cosas y se ganan otras, y a nivel de pareja también. El puerperio puede ser una etapa muy creativa para que la pareja, a pesar de la dificultad, encuentre pequeños espacios para seguir construyendo juntos.
El diálogo, apoyo y sostén por parte de terapeutas, familiares y/o amigos, junto con la paciencia son aspectos importantes a tener en cuenta para atravesar esta cansada etapa. El puerperio pasará y la pareja se volverá a encontrar, no como antes de que naciera su bebé sino de otra manera, puesto que ambos han crecido y se han enriquecido con esta experiencia.
Aquí te dejo un vídeo en que se habla sobre el puerperio, y cerca del minuto 20 en concrteo de la pareja: