Personas narcisistas vs. personas inmaduras emocionalmente
Muchas veces vienen a la terapia personas que tienen quejas sobre sus relaciones sentimentales y sobre las conductas de sus parejas. Sufren en silencio por falta de comunicación, enfados sin motivos, dificultad con el compromiso y manipulaciones inconscientes. Así que hoy en día casi en todas las redes sociales encontraras un artículo o un video sobre las personas inmaduras emocionalmente o las personas narcisistas. En este artículo se van a aclarar dudas y diferencias entre esos tres tipos de funcionamiento, porque no es lo mismo una persona con trastorno de personalidad narcisista, una persona con rasgos narcisistas y una persona inmadura emocionalmente.
Trastorno de personalidad narcisista

Personas narcisistas vs. personas emocionalmente inmaduras
Vamos por partes: Existen personas con rasgos narcisistas y personas que padecen un trastorno de personalidad narcisista. El trastorno de personalidad narcisista (TNP) es algo patológico y tiene que ver con la estructura de personalidad de un individuo. Este tipo de personas, se caracterizan por tener un patrón de comportamiento rígido que les afecta a muchos niveles; emocional, motivacional, laboral y social. Se diagnosticó por primera vez por el psicoanalista Heinz Kohut en 1968. Las personas narcisistas buscan continuamente la autogratificación, necesitan la atención incansable de su alrededor. Tienen un sentido de grandiosidad, se sienten superiores a los demás y carecen de empatía. Anteriormente este trastorno era conocido como megalomanía. Para hablar de trastornos tienen que cumplirse una serie de criterios que un profesional especializado puede diagnosticar. Por lo general estas personas no acuden a terapia a no ser que obtengan algo con ello, como por ejemplo evidencia a favor para un juicio.
Rasgos narcisistas o persona narcisista
Todos somos narcisistas en una cierta medida. Pero como en todo, hay niveles también en el narcisismo. No todas las personas con rasgos narcisistas tienen un trastorno de personalidad, es una cuestión de grados. Ser una persona con rasgos narcisistas engloba sentirse superior, tener la necesidad de ser admirado, sentir que mereces el amor y el reconocimiento social por tener éxito y no tener empatía por los demás.
Son personas que planifican sus movimientos y suelen rebajar a los demás para sentirse mejor y para conseguir su propósito. Son arrogantes que esconden bien la inseguridad, la baja autoestima y el miedo al fracaso. La mayoría de las veces no les interesa si hacen daño al otro. Necesitan tener el control y tienen momentos de explosión y de ira que a veces puede llegar hasta la violencia. No toleran ser rechazados porque no creen en su valía personal. La persona narcisista cree que es alguien único y especial y suele rebajar el valor de su pareja y de los demás (como se ha mencionado anteriormente) porque solo acepta la valoración de personas a las que les considere especiales como él. Necesita un trato también único y preferencial, ya que tienen un fuerte sentido de privilegio.
Estaríamos hablando de una condición menos grave y que hasta cierto punto puede admitir mayores niveles de conciencia. Hay más margen para el trabajo personal, aunque por lo general sus sintomas son “egosintonicos”, o agradables para la persona, por lo que no lo consideran un problema. Suelen ser las personas de su entorno las que piden terapia por ellos.
Personas inmaduras emocionalmente
Como se puede entender, los narcisistas también son emocionalmente inmaduras; sin embargo, ser inmaduro emocionalmente, no significa ser narcisista. La inmadurez conlleva una actitud infantil o adolescente. Son personas que, aunque han alcanzado su madurez física, no han podido llegar a la madurez emocional de un adulto y así no han podido desprenderse del egocentrismo y la impulsividad de las etapas anteriores – de la infancia o de la adolescencia—. Esto significa que debido al egocentrismo que tienen, les cuesta reconocer las necesidades de los demás. No sería tanto una falta de empatía (en el sentido estructural o cognitivo), sino una falta de hábito de usarla. Necesitan continuamente la aprobación del otro y por esta razón se frustran fácilmente. No son capaces de comunicar sus necesidades a su entorno porque no pueden responsabilizarse de ellas.

Personas narcisistas vs. personas emocionalmente inmaduras
Les cuesta comunicarse y establecer un diálogo adulto y maduro si hay diferencia de puntos de vista, además tienen baja tolerancia a la frustración por lo que suelen tener rabietas injustificadas. En altos niveles de inmadurez, llegan a estar enfadados continuamente sin tener una razón verdadera y es por la propia frustración y confusión interior. Son evitativos, huyen de compromiso.
Más características de las personas inmaduras emocionalmente
Tienen la fantasía de que son buenas personas y creen que nunca van a llegar a hacer daño al otro, hagan lo que hagan, digan lo que digan. Esto es un mecanismo de defensa porque el ego no les permite verse como malas personas que puedan dañar. Es por eso que no pueden responsabilizarse de sus acciones, culpan y responsabilizan los demás por estas, e inconscientemente al final no pueden comprometerse y responsabilizarse como una persona adulta. Tienen poca ambición porque no saben lo que desean o necesitan. No tienen conciencia de como son, quienes son, ni se conocen a sí mismas. Y por ello son influenciables.
En resumidas cuentas, no pueden mirarse con crítica y les falta introspección. Valorar el propio comportamiento y tomar en cuenta lo que les comunican los demás.
¡Conócete a ti mismo!
A través de la psicoterapia, la persona puede conocerse a sí misma y tener un proceso donde entender su conducta y sus mecanismos de defensa. Entender por qué hay dificultades en sus relaciones interpersonales y no pueden fluir con facilidad. Poner más conciencia en su funcionamiento diario.
En un espacio controlado y respetuoso, se pueden abordar estas dificultades construyendo un vínculo de confianza, donde puedan sanar poco a poco sus heridas de la infancia. Al fin y al cabo son personas que en su biografía emocional lo han pasado bastante mal y la conducta que han adoptado ha sido para sentirse seguros y blindarse de las dificultades que han tenido en el entorno familiar. Estas personas necesitan mucha ternura e inmenso entendimiento del profesional de la salud mental, del terapeuta o del psicólogo. El proceso ayudará a que se abran poco a poco y conecten con el dolor que han sufrido. Así, podrán llegar a entender el dolor que están provocando a sus seres cercanos. La decisión de acudir a un profesional es el primer paso hacia la madurez emocional y el crecimiento sano. ¡Pide tu cita, aquí!
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