Problemas de pareja: El encuentro empieza cuando podemos sostener el desencuentro
En el desencuentro emerge el mundo interior (conflictos, necesidades, heridas, anhelos, ideales) y esto posibilita la intimidad, siempre que nos mantengamos conectados a nuestras vulnerabilidades y no nos pongamos en guardia y a la defensiva.
¿Has reflexionado alguna vez sobre qué pasa cuando te enamoras? No le conoces realmente, pero sientes que estarías con esa persona toda la vida. ¿Qué ves del otro? ¿Qué te enamora? Procesamos la información de manera selectiva y de alguna manera vemos lo que queremos ver.
Enamoramiento y amor no son la misma cosa. ¿Qué sientes por tu pareja?
Cuando nos enamoramos, lo hacemos de la parte del otro que más se parece a nosotros. Muchos dicen que en realidad al principio nos enamoramos de nosotros mismos, de la parte de nosotros que nos gusta y que vemos reflejada, proyectada en nuestro objeto “amado”. Si a mí me gusta determinada música, ocio, filosofía de vida, tipos de personas y a ti también entonces me gustas. De igual manera se habla de la búsqueda del complemento: si yo soy serio apreciaré tu sentido del humor, si soy metódico apreciaré tu rebeldía. El controlado emocionalmente disfrutará con el tinte de color del emotivo, y el emotivo apreciará lógica y sistematicidad de la persona mental.
En la primera fase del enamoramiento nos relacionamos desde la parte de nosotros que se parece, no emerge conflicto, todo surge, fluye, encaja. La diferencia nos complementa.
Mostramos el uno al otro la cara más similar, ocultamos, restamos importancia y olvidamos las diferencias. Esto no se sostiene en el tiempo y gradualmente comienzan a emerger las individualidades.
Tras ocurrir lo anteriormente descrito quizá te preguntes de quién te has enamorado, ya no le reconoces. Puedes preguntarte también si alguna vez le habías visto en realidad. Parece que mirando atrás todo haya sido un espejismo, y probablemente lo fue: dos espejos enfrentados reflejándose el uno al otro sólo una parte de la totalidad.
Los problemas en la pareja son una oportunidad de crecimiento y encuentro
Aparece el conflicto, el desencuentro. Comenzamos a ver al otro tal y como es, no como un reflejo de nosotros, sino como una persona diferente a nosotros. El compañero deja de encajar con nuestras expectativas y fantasías. Dejamos de ver meramente nuestra proyección y comenzamos a descubrir matices que tiran abajo el ideal de amor y de pareja que tenemos. A partir de aquí no siempre coincidimos en todo, ni queremos lo mismo, no necesitamos las mismas cosas en el mismo momento, y sobre todo no interpretamos la realidad del mismo modo.
Para colmo si antes me parecías estructurado ahora me pareces obsesivo, si antes me parecías divertido y apreciaba la novedad ahora me resultas neurótico, si admiraba tu independencia ahora pienso que eres distante, e incluso si me gustaba que fueras cariñoso ahora puede que tenga sensaciones de empalagamiento. Las cosas que me enamoraron se cubren de un manto de polvo y de manera misteriosa comienzan a resultarme insoportables.
El compañero se convierte en un universo con sus propias leyes, leyes en muchos casos opuestas a las que reinan de este lado de la frontera, de este lado de tu piel.
El encuentro auténtico: la relación hay que construirla.
Para algunos se desmorona el ideal y se produce un alejamiento emocional y físico, mientras que en otros despierta la obsesión de que la pareja cambie, que vuelva a ser lo que creía que era. Se mezclan las expectativas, exigencias, decepciones y frustraciones en un cóctel explosivo.
Justo aquí comenzamos a desenamoramos, a enfriarnos, sin embargo esta es la oportunidad para pasar del enamoramiento al amor, de la relación superficial al vínculo profundo, de la apariencia y la falsedad a lo auténtico.
¿Qué pongo yo de mí para que éste conflicto exista? ¿Qué persona he elegido? ¿Puedo realmente cambiarla?
La pareja, los amigos, o los grupos pueden transitar este camino juntos con amor, mostrándonos auténticos en lugar de ser reactivos y activar nuestras defensas. Quédate en la vulnerabilidad y muestra justo esa parte que quieres ocultar, por ejemplo:
Me siento herida cuando llegas tarde del trabajo me hace pensar que no soy importante para ti, o tengo la sensación de que me estás abandonando; puede que no sea así pero en este momento no puedo evitar que me duela. ¿Podemos hacer algo con ello?[br]
Me siento enfadado cuando me dices qué hacer constantemente, pienso que me tratas como a un niño pequeño, anulado e invalidado. ¿Podrías dejar que tome mis propias decisiones, me equivoque, y no tenga que hacer todo como a ti te gusta? ¿Para qué necesitas que lo haga todo a tu manera?
Es importante sostener la angustia que genera el conflicto y aprender a discutir
El vínculo entre dos amantes, amigos, miembros de un grupo, puede sostener el conflicto y tras superar este período de desencuentro se produce una consolidación más profunda y genuina mediante la negociación. Sólo cuando ocurre el desencuentro es posible el encuentro auténtico: de un ser completo con otro ser completo, y no de una parte sesgada con otra parte sesgada. De la Pareja ideal que por ser ideal no existe, ni cabe en la realidad, a una visión madura de las complejidades de la existencia humana.
El conflicto no pone en duda el amor, sino que lo hace posible como dice alguien con quien trabajo. La idealización y la desresponsabilización (el otro tiene la culpa) nos alejan de la autenticidad y de la negociación.
Quizá en algún momento aprendiste a estar de acuerdo en todo para que te quisieran, quizá aprendiste que si mostrabas una diferencia de opinión te rechazarían. Es el momento de poner en duda estas creencias y dar un paso hacia adelante.
Desde las necesidades se pueden negociar soluciones que acojan a ambas partes, pero es necesario primero conectar con ellas.
Mostrar qué nos pasa cuando el otro se aleja o cuando se cierra, en vez de alejarnos más o perseguirle, escuchar de mi compañero qué actitudes mías lo hieren y le impulsan a alejarse de mí, para ver si puedo hacer algo con ellas, son cuestiones a tener en cuenta durante la negociación.
Al hacer esto bajamos las armas, dejamos de estar a la defensiva, el entendimiento de las complejidades propias y del otro se hacen posibles, y sorprendentemente en muchos casos compatibles. ¡Poned a funcionar vuestra creatividad para encontrar soluciones!
Los problemas en terapia de pareja son un recurso para el crecimiento y el encuentro. Otra cuestión sería cuando el conflicto es una constante, convirtiendo la relación en una montaña rusa. En este caso los “enganches” producen intensidad, la cual funciona como un perfecto sustituto del amor; pero de eso ya hablaremos en otra ocasión.
Es es video puedes descubrir más sobre qué es la terapia de pareja
[contacta]Terapia para los problemas de la pareja[/contacta]