Percibir que tenemos relaciones de intimidad (amigos, familia, pareja, etc.) es un indicador de salud mental. La necesidad de pertenencia a uno o varios grupos es una necesidad básica para la salud de las personas. Nos construimos en relación, somos en relación. Necesitamos relacionarnos y sentirnos aceptados y queridos por los otros. ¿Cómo nos afecta el individualismo?
La necesidad de pertenencia
Una de las definiciones que determina la RAE en relación al concepto de pertenencia es “Hecho o circunstancia de formar parte de un conjunto, como una clase, un grupo, una comunidad, una institución, etc.”
Según Susan Fiske (2002,2010) la pertenencia es uno de los motivos sociales universales. Es común en todas las culturas, y es un motivo que impulsa a relacionarnos y a querer formar parte de una comunidad. La consecuencias de no pertenecer ya las destacaba mi compañera Adriana en su artículo El dolor de la exclusión
Pero, además de la cantidad de relaciones y grupos a los que pertenezcamos, ¿importa también la calidad? ¿A qué llamamos calidad en los vínculos? La calidad es a lo que nos referimos a hablar de relaciones de intimidad.
La importancia de las relaciones de intimidad
La intimidad tiene que ver con la confianza, el respeto y la aceptación: exteriorizar pensamientos, expresar emociones, mostrarse y poder ser quien uno es con la certeza de que el otro no le va a juzgar o abandonar. En las relaciones de intimidad uno sabe que tiene gente a la que recurrir si lo necesita.
Más allá de la cantidad de relaciones que se tengan aparentemente, es bastante importante percibir que uno tiene relaciones de intimidad. A veces podemos sentirnos solos aunque estemos rodeados de gente, y esto tiene que ver con la baja frecuencia de relaciones de intimidad. Con el establecer relaciones desde una posición más superficial en la que no nos permitimos darnos a conocer en realidad ni conocemos al otro en profundidad.
No estamos solos, y aunque uno esté solo físicamente en un espacio (por ejemplo solo en casa), los pensamientos que tiene suelen ser en relación a otros.
El no mostrarnos, no apoyarnos en otras personas, ni pedir ayuda si la necesitamos nos hace sentirnos solos. ¿Te dejas conocer de verdad? ¿Qué sientes que te lo impide? ¿Existe alguien en tu vida que crees que podrías contarle cualquier cosa y lo aceptaría sin juzgarte?
Individualismo y las relaciones de intimidad
La relación del individuo con el ambiente es constante. Y la manera en la que concebimos nuestras relaciones están influenciadas por el contexto en el que vivimos.
El invidualismo influye en nuestras relaciones de intimidad. La promoción de valores como la autosuficiencia, la independencia y el egocentrismo hacen que cuando nos sentimos vulnerables y necesitamos ayuda nos percibamos como “defectuosos” y nos genere vergüenza.
No es “adecuado” dejarse ver así. Hace que no queramos mostrar esa parte en nuestras relaciones, impidiendo que establezcamos relaciones de intimidad con las personas de nuestro entorno.
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