La mala fama de la responsabilidad
La palabra responsabilidad está muy denostada hoy día. Normalmente la asociamos a la obligación y seguramente para casi todos tiene que ver con la educación que hemos recibido. A casi todos nos han dicho de niños que “teníamos que ser unos chicos responsables”. Así, la responsabilidad es una palabra con mala fama porque la tenemos muy asociada a los mandatos familiares con los que crecimos. Ser responsables nos convertía en buenos niños. La responsabilidad en terapia gestalt tiene un sentido completamente diferente.
¿Qué entendemos por responsabilidad generalmente?
Si acudimos al diccionario de la Real Academia de la lengua, vamos a ver varias definiciones de esta palabra:
1. f. Cualidad de responsable.
2. f Deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal.
3. f. Cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado.
4. f. Der. Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.
De estas definiciones, me interesa recuperar la primera y la última. La primera nos hace ir a la definición de responsable, que es según el mismo diccionario “Obligado a responder de algo o por alguien”. La responsabilidad en Terapia Gestalt entronca con esta definición, pero enfocada al sí mismo. Es decir, la responsabilidad es la capacidad de responder por nosotros mismos. Y no se trata de una obligación, si no de subrayar una obviedad. Como dice Claudio Naranjo en La vieja y novísima gestalt:
“La responsabilidad, por ejemplo, no es un deber sino un hecho inevitable: somos los hechores responsables de cualquier cosa que hagamos. Nuestra única alternativa es reconocer tal responsabilidad o negarla.”
La última definición es la que mejor expresa la relación de esta palabra con la Terapia Gestalt, porque tal y como la entendemos, la libertad y la responsabilidad no pueden ir por separado. Cuando en gestalt estamos diciendo “hazte cargo”, estamos queriendo decir “hazte responsable de lo que piensas, de lo que sientes y de lo que haces, actúa desde tu libertad y date cuenta de ello”.
Responsabilidad en terapia Gestalt, la visión de Perls
Fritz Perls, el padre de la gestalt era una persona con un carácter fuerte, rebelde, y marcadamente antiautoritario. Decía que él solo podía responsabilizarse de él mismo y que ningún paciente tenía derecho a responsabilizarle de nada.
Cualquier intento que él captaba en donde viera que la persona no se hacía cargo de su propio estado e intentaba manipularle, lo confrontaba abiertamente para el bien de la mayoría de sus pacientes, especialmente los de carácter más dependiente. Yo pienso que esto fue la conjunción de su carácter y de la época contracultural de rebeldía en donde la gestalt floreció. No estoy del todo de acuerdo, ya que como terapeutas adquirimos un compromiso con la otra persona. En cambio sí diría que nuestra principal responsabilidad es hacer que el paciente se haga responsable de sí.
Responsabilidad vs Culpa
La culpa es una palabra que etiqueta y señala con el dedo. Si yo me siento culpable por algún hecho que no ha tenido consecuencias buenas sobre mi, me cargo con una losa que pesa demasiado. La culpa es condenatoria. Desde la culpa me juzgo y no me doy la opción de cambiar. Además, es difícil poder mirar más en lo concreto qué son las cosas que, si no han ido bien, puedo probar a hacer de otro modo.
Podemos probar a sustituir la palabra culpa por responsabilidad. Desde la responsabilidad puedo afinar, en lugar de condenarme, qué aspectos de mi conducta son los que puedo modificar. Si me hago cargo de mi funcionamiento puedo ver con mayor claridad. Culpabilizándonos nos condenamos, nos infantilizamos y no podemos ver con claridad. Caemos en la dinámica interna del perseguidor y el perseguido. Hacernos responsables nos ayuda a modificarnos y esa es la actitud que corresponde al adulto.
Para leer más sobre culpa y terapia gestalt: La culpa no es pecado y La culpa, una emoción que me acerca al otro
Fue desde mi propio proceso de sentir como mi sufrimiento fue sanando a través de la psicoterapia que decidí reconvertirme en psicoterapeuta. Y es desde ahí que tengo y siento la plena confianza de que cuando somos acompañados desde la presencia y se nos ofrece buen abono, tierra y agua,las personas crecemos como flores.
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