¿En qué consiste ese “ser tu mismo/a”?
¿Qué significa “ser tu mismo/a” en la terapia Gestalt? “Ser” significa estar aquí y ahora, estar consciente y ser responsable. En realidad son tres aspectos de lo mismo, a saber: ser responsable (capaz de responder) conlleva estar presente, estar aquí. Y solo se puede estar presente si unx es consciente plenamente del momento que está viviendo. Fácil de decir y difícil de vivir:
“Cuando se vive así (siendo tu mismo/a), ¡qué llena me encuentro aun cuando sea en el dolor!; cuando consigo verme, estar en mí, me doy cuenta que mi cabeza es la que me está generando sufrimiento y, si logro verlo, me hago cargo de mi y hablo conmigo, me dejo estar…, me digo: ’es lo que te está pasando’ y así, sin hacer nada, sosteniéndome en lo que me pasa, es cuando consigo sin pretenderlo, o precisamente por eso, salir de mi cabeza y sentirme de otra manera, la que sea, sencillamente soy. ¡¡¡¡Qué buena cosa el haber aprendido a auto-apoyarme!!!! Cambiar el exigirme por el auto-apoyo, el juzgarme por el aceptarme… ¡Qué liberación!” [1]
Una paradoja
Así que entiendo que la actividad psicoterapeuta de la Gestalt resulta paradójica en el sentido de que, aunque planteada para el cambio (toda terapia tiene esa finalidad), sin embargo está basada en aceptar a la persona tal como es. La aceptación (en la forma de auto-aceptación, a veces facilitada por un apoyo externo dado por la terapia) lleva al crecimiento más que al estancamiento. El/la paciente, o cualquier persona que quiere “cambiar”, en realidad significa que no le gusta cómo es, y entonces evita, miente, finge… para con ella misma y para con los demás.
De acuerdo con la terapia de la Gestalt, muchos de nuestros deseos no se basan en necesidades sino que son un ansia por sustitutos ambientales de lo que estamos rechazando en nuestro ser. Perls, el creador de este tipo de terapia, entendía la maduración como la transición desde el apoyo ambiental al auto-apoyo.
Para ello lxs terapeutas tienen que ser muy conscientes de la repercusión que el apoyo puede tener en el proceso terapéutico: una base para el crecimiento o un sustituto de él. Por consiguiente, es muy importante que el/la terapeuta busque el equilibrio entre apoyo y frustración de manera que no sea un sustituto del apoyo ambiental y el paciente aprenda a auto-apoyarse; y para ello hay que estar muy atentxs a escuchar lo que manifiesta el paciente, incluidos sus mecanismos de defensa.
Las defensas no son algo que nos sucede y de lo cual alguien puede liberarnos, sino algo que hacemos y que podemos elegir continuar haciendo o no, de acuerdo con nuestra evaluación de nuestras necesidades y de la situación concreta, y para eso tenemos que bucear en ellas. Darnos cuenta de ellas nos hace utilizarlas cuando queramos y no de forma automática.
¿Y nuestra responsabilidad?
La responsabilidad tampoco es un deber sino un hecho inevitable. Nos toca reconocerla o negarla.
La terapia gestáltica lo que dice es que aceptando la verdad de lo que somos-sentimos estamos en mejor situación, porque el percatarse cura; nos cura de nuestras mentiras, evitaciones, fingimientos…
Se trata entonces, tanto terapeutas como pacientes, de centrarnos en el presente. Y esta disposición de vivir en el presente es inseparable de estar abiertx a la experiencia, a la vida que va siendo.
[1] Testimonio de una paciente
[contacta]Ser tú mismo en terapia Gestalt[/contacta]
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