“No hay más que un templo en el Universo, y ése es el cuerpo humano. Nada es más sagrado que esa forma elevada. Estamos tocando el cielo cuando posamos nuestra mano en el cuerpo humano”
Novalis
La sexualidad es una necesidad y un ejercicio de profunda libertad, ya que cada uno vive y experimenta su sexualidad de una forma única y genuina. Por tanto no hay prácticas sexuales que podamos juzgar o tachar de negativas, siempre que estas no supongan un daño para mí o para el otro.
Hay muchos tipos de sexualidad (muchas maneras diferentes de sentirla y vivirla), como diferentes somos las personas.
El problema es cuando practicamos sexo en compañía y nos olvidamos que tenemos enfrente a una persona con sus propias necesidades. Aquí nos comportamos como en el “sexo en solitario” pero tenemos la ilusión-fantasía que estamos acompañados compartiendo. Nos llevaría a tratar al otro como un objeto (cosificación). Esto es peligroso para mí y para el otro. La sexualidad puede vivirse de muchas formas, pero ¿qué es lo más saludable, cuándo es una sexualidad compartida?
Soy un animal… ¿racional?
El sexo nos conecta con nuestra parte instintiva porque es natural, nos dejamos fluir, no controlamos con la cabeza. Pero la sexualidad humana es diferente a la animal en tanto que es mucho más que un simple acto físico, una descarga o una satisfacción puramente animal.
¿Qué nos diferencia de los animales, incluso conectando con nuestra parte animal o instintiva?
La sexualidad humana está teñida de cogniciones (por ejemplo fantasías, ilusiones o expectativas) y profundamente influida por nuestras experiencias. Además, cuando es en compañía de otra persona, la sexualidad está llena de emociones y afectos (por ejemplo complicidad, respeto, ternura o amor) y un deseo de comunicarme con quien estoy.…. Todo esto hace de la sexualidad humana algo rico y complejo (¡que no complicado necesariamente!)
Hay una dicotomía que nos fracciona como seres humanos o separa partes de nosotros. El sexo sin emoción/sentimiento (como un mero acto físico) cuando lo practicamos en compañía, lo convierte en una simple “descarga animal” y nos deja solos y separados de la persona que tenemos enfrente. Esta dicotomía también nos puede llevar a vivir una sexualidad parcial (por ejemplo: sexo= coito)
Amor / deseo / sexo / ternura
El sexo implica amor. Amor entendido como un acto de escucha hacia el otro y de respeto (si soy capaz de verlo y de relacionarme con él).
Pasaríamos de una satisfacción “solitaria” de nuestros impulsos más físicos (alcanzar el clímax, el orgasmo o la eyaculación) a una experiencia compartida, donde el otro no está al servicio de satisfacer mi necesidad sino que me acompaña en la búsqueda conjunta del placer.
¿Qué puede significar el sexo para nosotros?
Dado que el sexo implica una relación de gran intimidad con el otro, el significado que tiene para nosotros el sexo, nos puede dar pistas para saber si tenemos un conflicto en nuestra relación con las otras personas (por ejemplo parejas, el otro sexo si somos heterosexuales o el propio si somos homosexuales)
¿Qué significa el sexo para mí? ¿Cómo vivo la sexualidad? Algunas posibilidades son:
- Una comunicación o conexión con el otro.
- Satisfacción de una necesidad como Ser Humano
- Descarga de una tensión (como la ansiedad) a través del orgasmo.
- Deseo de contacto, conocimiento más profundo del otro.
- Poder o dominación sobre la persona con la que mantengo la relación sexual.
- Manifestación de agresividad.
- Control de una situación, a través del control del cuerpo del otro.
- Búsqueda del placer.
- (…)
A través del trabajo en Terapia Gestalt podemos explorar cómo vivimos nuestra sexualidad, cómo nos relacionamos con los demás a través del sexo, si tenemos algún conflicto que se esconde detrás de nuestra sexualidad y cuál es su origen.
En Terapia Gestalt también nos dirigimos a integrar las partes que puedan estar separadas en nosotros (por ejemplo sexo–afecto), ayudándonos a darles un sentido y un valor unitario.
Nuestro objetivo es poder llevar una vida más plena y desarrollar armónicamente nuestras potencialidades, también por supuesto el gran regalo que es nuestra sexualidad.
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