¿Emoción o Conducta?
La timidez es una emoción inevitable. Suele aparecer acompañada de conductas asociadas (lo que hago, cómo reacciono o me comporto) como huida, retraimiento o inhibición.
Cómo reaccionamos ante la emoción timidez, es un comportamiento que aprendemos con el tiempo, en respuesta a una circunstancia social que se ha repetido en nuestra Historia Vital reiteradamente. Por ejemplo si siento que me rechazan.
Timidez, vergüenza y “vergüenza de la vergüenza”
Frecuentemente se entiende la timidez como un rasgo del carácter, y la vergüenza más como un estado en respuesta a una circunstancia concreta. Si salgo a la calle con el pantalón del pijama sentiré vergüenza.
Todos sentimos vergüenza en algún momento. La vergüenza es inevitable, pero el “avergonzarse de sentir vergüenza” seria como querer esconder la propia vergüenza. Es un sentimiento muy potente que nos aplasta, nos bloquea y paraliza. Surge el miedo, sentimientos de culpa, se nos despiertan viejos fantasmas. Aparecen pensamientos como el famoso “trágame tierra”.
¿Para qué surge?
Decimos que la timidez es un rasgo de nuestro carácter porque la sentimos con cierta frecuencia. Pero afirmaciones del tipo “yo soy así” me limitan, me cuelgan un “San Benito”… Entonces: ¿Cómo se ha establecido en mi carácter esa timidez?
Los seres humanos funcionamos habitualmente en una dimensión simbólica (más que
sobre las cosas reales, sobre el valor que nosotros le otorgamos a esas cosas). Y en una dimensión social, es decir en relación con otras personas.
¿Con qué nos conecta esto?: miedo al rechazo del otro, imagen de nosotros mismos
que puede verse en peligro, vergüenza, sensación de riesgo de nuestra capacidad, experiencias previas de humillación,…
La timidez puede producirse por la sobrevaloración o temor a la opinión que otros tengan sobre nosotros. Esto puede causar un círculo vicioso de ansiedad, inhibición y deseo de
escondernos. Temores al fracaso, al rechazo y al ridículo. Frecuentemente tiene que ver con el desempeño y la exigencia.
La timidez en terapia
Como otros muchos comportamientos aprendidos, también este se puede re-aprender e ir cambiando. Podemos observar la timidez en terapia. Primero tomando conciencia de cómo estoy, qué me está pasando. Después con una cierta distancia del estímulo, reconsiderando la situación y viendo que base real o imaginaria pueda tener.
La timidez se convierte en una pesada carga cuando la vivimos como un conjunto de temores, de vergüenza, de miedos e inseguridades. Estas pueden ser reales, imaginarias o lo más común de todas, mixtas. Es normal y saludable sentir timidez, aunque en exceso puede convertirse en un problema para nosotros.
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